domingo, 6 de julio de 2008

Sobre la regulación de los precios

En una economía de mercado una de las principales variables es el precio de venta de los bienes, más aún, para algunos es la variable a seguir. Esto se debe a la gran información que nos suministra sus variaciones. Para darnos cuenta de ello debemos en primer lugar analizar lo que representa el precio para cada una de las partes que intervienen en una transacción comercial.

Para el caso de los consumidores, el precio de un bien representa el valor monetario de la utilidad que ellos creen tiene el producto. Si una persona piensa que un artículo es muy útil, el estará dispuesto a pagar una mayor cantidad de dinero, mientras menos útil, menor precio pagará. Esta simple regla nos explica el hecho de que una persona estará dispuesta a pagar un precio elevado por la entrada a un concierto de su artista favorito, pero no lo está para la entrada de otro concierto. En resumen podemos decir que la variación de los precios nos indican el sentido de las preferencias y gustos de los consumidores.

Para un vendedor, el precio representa su ingreso por unidad vendida, el cual básicamente debe cubrir el costo de producción del bien más el beneficio esperado. Dado el nivel de los mismos el productor puede tomar la decisión de producir o no. Si el precio es bajo y no cubre los costos de producción o no satisface el margen de ganancia esperado, el bien no se producirá.

El precio de venta, generalmente es el resultado de una fuerte, aunque no tangible, negociación entre la demanda y la oferta de los productos. Cuando los precios son fijados libremente en una economía de mercado, el precio al que se venden los productos, es aquel que el consumidor considera que está acorde con la utilidad esperada del bien y el productor considera que cubre sus costos de producción y cubre sus expectativas de beneficio.

Aquí quiero detenerme para comentar lo que considero algunos mitos de la economía de mercado, sobre todo el de la especulación. En economía el término “especulación” se utiliza para designar cualquier operación en la que se pretenda obtener una ganancia, en ningún momento se plantea esa connotación negativa que se le ha querido dar. La gente asocia especulación con ganancias excesivas, pero en el mediano plazo es muy difícil que alguna empresa tenga un margen muy grande de ganancias ya que si esto sucediera, muchos empresarios estarían enterados de la situación y tratarían de producir ese bien aumentando la oferta con lo cual bajaría el precio del producto y por ende de los beneficios. Igualmente es importante destacar que en la fijación del precio de venta siempre está involucrada la demanda. Aunque el precio de un artículo nos parezca alto, debemos recordar que siempre habrá otra persona que estará dispuesto a pagar ese precio por que le atribuye una mayor utilidad, si nadie está dispuesto a pagar el precio, sencillamente no se vende. En lo personal no conozco a nadie que fije un precio para no vender. Una de las grandes virtudes de la economía de mercado es la libertad que tienen los consumidores de decir “no lo compro” cuando están en desacuerdo con el precio del producto.

Por lo dicho anteriormente es que se afirma que la libre fijación de los precios es el mejor asignador de recursos. Si la producción, cosecha, etc. es escasa, los que adquirirán el producto son aquellos que le dan una mayor utilidad y estarán dispuestos a pagar un precio mayor, el cual a su vez permitiría cubrir los altos costos de producción que conlleva producir un número reducido de artículos. Si la producción es abundante, los precios bajarán y una mayor cantidad de personas podrán adquirir el bien, inclusive los que lo consideran poco útil.

Cuando se regula el precio de un bien, se elimina de facto toda la información, ya no hay forma de conocer lo que está sucediendo en ese mercado. En el mejor de los casos la regulación de los precios debe ser concertada entre las partes, productores, consumidores y gobierno. Generalmente lo que sucede es que una persona, normalmente ajena al sector, fija arbitrariamente un precio excesivamente bajo, lo que conlleva a un desconocimiento de los costos de producción, por lo que empresas pequeñas, con costos altos de producción tienen que cerrar sus puertas al no poder trabajar con el precio fijado, y a su vez se benefician las grandes empresas con bajos costos de producción. Este hecho unido al caso de que se desestimularía la inversión en el sector, reduce la capacidad productiva del país, lo cual en caso de un futuro crecimiento de la demanda, traería escasez. A su vez, se beneficiarían en el corto plazo un grupo de consumidores que estarían dispuestos a pagar un mayor precio. Como se puede ver una regulación de los precios de los bienes y servicios, realiza una deficiente asignación de los recursos productivos.

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