En artículos anteriores se describió lo que se conoce como inflación por demanda, ahora corresponde analizar dos tipos de procesos inflacionarios, que aunque son menos frecuentes también son importantes analizarlos, ya que por lo menos en Venezuela se han observado. Nos estamos refiriendo a la Inflación de costos y de expectativas.
Entendemos como costos de producción todos aquellos gastos en que incurre un empresario para producir un bien. En nuestro caso debemos destacar dos de ellos: el costo de la materia prima importada y el pago de la mano de obra. Una actitud normal es la de trasladar cualquier aumento en los costos al precio de venta del bien. Nadie que yo conozca está dispuesto a ver que sus beneficios se reduzcan. Por lo tanto, podemos definir a la inflación de costos como aquel proceso de aumento continuo en los costos de producción que presionan a que los precios de venta de los bienes y servicios también se incrementen en forma continua.
El caso más claro es cuando aumenta el tipo de cambio, es decir el precio de un bolívar en términos del dólar de Estados Unidos se incrementa continuamente, lo que en economía se conoce como depreciación. Cuando el Bolívar se deprecia conlleva a que cada vez necesitemos más bolívares para comprar un dólar, lo que implica que los insumos que necesitamos para producir un bien y que provengan del extranjero (importados) cada vez sean más costosos, y si queremos mantener nuestros beneficios hay que aumentar el precio de venta del bien. En resumen, si el tipo de cambio aumenta continuamente, se genera una presión a que los precios de los bienes aumenten dado el incremento en los costos de los insumos importados. A este proceso se le conoce como inflación de costos.
Detengámonos un momento para destacar un fenómeno que para muchas personas es simple especulación, pero es una realidad a tener en cuenta a la hora de fijar el precio del bien, nos estamos refiriendo al costo de reposición. Suponga, que para redondearse el sueldo, ya que este no le alcanza, decide vender ropa, por ejemplo una franela que le costo Bsf. 10, usted lo va a vender en Bsf. 12, porque considera un 20% aproximadamente de ganancia. Ahora bien, usted se entera de que la próxima vez que vaya a comprar la franela, esta le costará Bsf. 12. Se presenta el dilema, si usted vende la franela a Bsf.12, como pensaba originalmente, no tendrá ningún beneficio cuando reponga su inventario al comprar la nueva franela. Lo razonable es que usted tome en cuenta el costo de reposición. Es decir lo que le cuesta reponer su inventario, en este caso Bsf. 12 y calcular el precio de venta en base a este costo. Bsf.14,40, con lo cual usted puede comprar la nueva franela y mantener su beneficio. Este costo de reposición es de vital importancia en economías que están experimentando un proceso inflacionario. Lamentablemente, muchos consumidores desconocen este concepto y tildan al vendedor de especulador, cuando lo que simplemente está haciendo es tener un comportamiento racional, para poder mantenerse en el negocio dado el contexto inflacionario en que se está desenvolviendo. Aunque siempre encontraremos algunos que pretenden obtener una ganancia extraordinaria.
El pago de los sueldos y salarios también puede generar un proceso inflacionario, ya que forma parte de los costos de producción. Una permanente demanda por el incremento de los sueldos y salarios puede presionar a un aumento continuo de los precios.
Finalmente, tenemos el caso de las expectativas, entendiéndose estas como las previsiones, lo que piensan los agentes económicos sobre lo que va a pasar en el futuro con las principales variables económicas. Por ejemplo, en nuestro caso si la población en general de un país piensa que habrá un proceso inflacionario, lo que sucederá seguramente es que efectivamente se genere el incremento de los precios. Este fenómeno de la inflación por expectativas, se generaliza con la siguiente expresión “inflación genera inflación”. Si los trabajadores piensan que habrá inflación, presionarán a sus patronos para que les otorguen un porcentaje mayor de aumento salarial, lo que aumentaría los costos de producción, presionando a su vez un aumento en los precios. Si los comerciantes piensan que los precios seguirán subiendo, se basaran en el concepto de costo de reposición, para realizar un ajuste de los precios de venta de los productos.
Para finalizar esta serie sobre la inflación, en el próximo artículo explicaremos cuales son las medidas de política económica que se toman para combatir la inflación
Entendemos como costos de producción todos aquellos gastos en que incurre un empresario para producir un bien. En nuestro caso debemos destacar dos de ellos: el costo de la materia prima importada y el pago de la mano de obra. Una actitud normal es la de trasladar cualquier aumento en los costos al precio de venta del bien. Nadie que yo conozca está dispuesto a ver que sus beneficios se reduzcan. Por lo tanto, podemos definir a la inflación de costos como aquel proceso de aumento continuo en los costos de producción que presionan a que los precios de venta de los bienes y servicios también se incrementen en forma continua.
El caso más claro es cuando aumenta el tipo de cambio, es decir el precio de un bolívar en términos del dólar de Estados Unidos se incrementa continuamente, lo que en economía se conoce como depreciación. Cuando el Bolívar se deprecia conlleva a que cada vez necesitemos más bolívares para comprar un dólar, lo que implica que los insumos que necesitamos para producir un bien y que provengan del extranjero (importados) cada vez sean más costosos, y si queremos mantener nuestros beneficios hay que aumentar el precio de venta del bien. En resumen, si el tipo de cambio aumenta continuamente, se genera una presión a que los precios de los bienes aumenten dado el incremento en los costos de los insumos importados. A este proceso se le conoce como inflación de costos.
Detengámonos un momento para destacar un fenómeno que para muchas personas es simple especulación, pero es una realidad a tener en cuenta a la hora de fijar el precio del bien, nos estamos refiriendo al costo de reposición. Suponga, que para redondearse el sueldo, ya que este no le alcanza, decide vender ropa, por ejemplo una franela que le costo Bsf. 10, usted lo va a vender en Bsf. 12, porque considera un 20% aproximadamente de ganancia. Ahora bien, usted se entera de que la próxima vez que vaya a comprar la franela, esta le costará Bsf. 12. Se presenta el dilema, si usted vende la franela a Bsf.12, como pensaba originalmente, no tendrá ningún beneficio cuando reponga su inventario al comprar la nueva franela. Lo razonable es que usted tome en cuenta el costo de reposición. Es decir lo que le cuesta reponer su inventario, en este caso Bsf. 12 y calcular el precio de venta en base a este costo. Bsf.14,40, con lo cual usted puede comprar la nueva franela y mantener su beneficio. Este costo de reposición es de vital importancia en economías que están experimentando un proceso inflacionario. Lamentablemente, muchos consumidores desconocen este concepto y tildan al vendedor de especulador, cuando lo que simplemente está haciendo es tener un comportamiento racional, para poder mantenerse en el negocio dado el contexto inflacionario en que se está desenvolviendo. Aunque siempre encontraremos algunos que pretenden obtener una ganancia extraordinaria.
El pago de los sueldos y salarios también puede generar un proceso inflacionario, ya que forma parte de los costos de producción. Una permanente demanda por el incremento de los sueldos y salarios puede presionar a un aumento continuo de los precios.
Finalmente, tenemos el caso de las expectativas, entendiéndose estas como las previsiones, lo que piensan los agentes económicos sobre lo que va a pasar en el futuro con las principales variables económicas. Por ejemplo, en nuestro caso si la población en general de un país piensa que habrá un proceso inflacionario, lo que sucederá seguramente es que efectivamente se genere el incremento de los precios. Este fenómeno de la inflación por expectativas, se generaliza con la siguiente expresión “inflación genera inflación”. Si los trabajadores piensan que habrá inflación, presionarán a sus patronos para que les otorguen un porcentaje mayor de aumento salarial, lo que aumentaría los costos de producción, presionando a su vez un aumento en los precios. Si los comerciantes piensan que los precios seguirán subiendo, se basaran en el concepto de costo de reposición, para realizar un ajuste de los precios de venta de los productos.
Para finalizar esta serie sobre la inflación, en el próximo artículo explicaremos cuales son las medidas de política económica que se toman para combatir la inflación
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