viernes, 11 de febrero de 2011

EL EMPLEO (II)

Durante los últimos años del siglo XVIII, todo el XIX y principios del siglo XX. A lo largo del mundo, la economía sufría una fuerte transformación económica al pasar del comercio a la industrialización como principal forma de generación de ingresos, y el liberalismo era la doctrina imperante. Para los teóricos era impensable el desempleo, en todo caso se podría presentar en forma muy reducida el paro voluntario, por lo tanto el “pleno empleo” estaba garantizado, por lo tanto no se justificaba la acción productora del Estado. Para lo liberales de época, el sólo hecho de producir un producto tenía garantizada su demanda o como reza la ley de Say: “toda oferta genera su demanda” .

En la tercera década del siglo veinte, la cruda realidad hace tambalear las creencias económicas sobre el pleno empleo. En Estado Unidos de Norteamérica, una de las principales potencias industriales que emergen al finalizar la primera guerra mundial. En el año 1929, se derrumban los precios de las acciones en la Bolsa de Valores generando la más grave crisis económica hasta la fecha, la cal se conoce con el nombre de la Gran Depresión. El presidente F.D. Roosevelt, encuentra la solución en las ideas de un economista británico “John M Keynes, desarrollando un plan muy ambicioso de inversión pública conocido como “New Deal” (1933), que se basaba en : “…a) desarrollar un amplio plan de obra públicas, uno de cuyos objetivos básicos era incrementar la actividad económica y reducir el desempleo, además de impulsar las dotaciones de capital fijo social; b) aplicar un conjunto de medidas sociales de apoyo a los parados….” (Juan Cuadrado, 2001).

En Venezuela, cuando cae el gobierno de Marco Pérez Jiménez, se desarrolla el “Plan de Emergencia” , con rasgos y objetivos muy similares al New Deal.

El éxito alcanzado por el presidente Roosevelt, da inicio y justifica para muchos economistas, la intervención del Estado en la economía, mediante una fuerte inyección de recursos monetarios a través del gasto público, o como se dice, a través de una política fiscal Keynesiana.

En el año 1936, Keynes recoge todo su pensamiento en un libro de nombre “Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero”. Una de las principales ideas planteada por keynes es que el paro es un problema social y macroeconómico, por lo cual el Estado mediante un conjunto coherente de políticas económicas, puede hacer que la economía pueda volver al equilibrio sin que se llegue al pleno empleo.

A raíz de los inmensos ingresos que ha tenido Venezuela por la renta petrolera, y sobre todo por la particularidad de la propiedad estatal de la Industria petrolera venezolana, el pensamiento keynesiano ha estado muy arraigado en el país. Me atrevo a decir que todos los gobiernos desde la nacionalización petrolera, entre su objetivo principal ha sido promover el empleo utilizando una política fiscal expansiva (aumento del gasto público), inclusive el actual de corte socialista. Es decir, en menor o mayor grado los gobiernos venezolanos han sido de corte Keynesiano. El economista Maxim Ross, en su libro: “Capitalismo Salvaje o Estado Depredador” plantea que “…la causalidad de nuestra crisis hay que colocarlo en el tipo de Estado venezolano que e generó por la forma en que e condujo la industria petrolera”,lo que refuerza lo dicho anteriormente.

Terminamos esta parte mencionando que para el pensamiento comunista el pleno empleo esta garantizado mediante la planificación central. El Estado proveerá lo puestos de trabajo necesarios para que la población tenga una vida digna y decorosa.

Para el próximo artículo trataremos el tema de la medición del desempleo y de cómo pueden verse afectadas por la definición que se utilice y sobre todo de la muestra que se tome para obtenerlas.

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