Hay
un consenso sobre la relación que existe entre la emisión de dinero inorgánico
motivado a los déficits fiscales y la inflación.
Repasemos una vez más como se origina esta relación
Cuando se formula el presupuesto público, el primer
paso es determinar la política económica que va a orientar el gasto: estímulo a
la vivienda, a la educación a la infraestructura pública, etc.
En segundo lugar se procede a determinar el monto del
gasto público. En Venezuela el gasto es muy rígido ya que las erogaciones en
sueldos y salarios, las transferencias por “Situado Constitucional” (20% de los
ingresos ordinarios) y el servicio de La
deuda pública, dejan muy poco espacio para la ejecución de políticas económicas.
Una vez determinado el gasto se procede a determinar
los ingresos que permitan financiar el gasto presupuestado. De tal manera que
se calculan los ingresos por impuestos (de la renta, valor agregado etc.) y
tasas y aranceles (ingresos por concepto de los servicios que presta el
gobierno). En este punto se determina el superávit (ingresos mayores que el
gato) o el déficit (gasto mayor que los ingresos).
En caso de tener un déficit, se ve la manera en que
se puede financiar este exceso de gasto. Lo normal es pedir prestado al sector
privado. Este endeudamiento se realiza a través de la emisión de bonos. Este
mecanismo de financiamiento es bastante usado, pero, hay que tener cuidado que
el servicio de la deuda pública sea manejable y no comprometa en alto grado
presupuestos futuros.
El financiamiento a través de la emisión de deuda pública
no es inflacionario, siempre y cuando sea adquirida por el sector financiero
privado, ya que este dinero se origina en la actividad económica del país. En
nuestro caso proviene de la actividad petrolera, cuando se exporta un barril
petrolero y los dólares obtenidos se venden al BCV, el instituto emisor, le
acredita a una cuenta de PDVSA, la cantidad de Bolívares equivalente según el tipo de cambio vigente para la fecha
(6,2842 Bs/US$). En otras palabras, cada 6,28 Bs. están respaldados con un
dólar que forma parte de las reservas internacionales. Estos bolívares entran en la economía cuando
PDVSA paga los sueldos y salarios, le paga a sus proveedores y cancela sus
impuestos. Este dinero es el llamado orgánico o con respaldo.
Situación diferente es cuando los bonos son comprados
por el Banco Central. Este al adquirir un bono de la deuda, mediante un asiento
contable, acredita el monto correspondiente a la operación en bolívares en la
cuenta del Tesoro Nacional, crea dinero,
el gobierno puede sacar a la calle una cantidad de bolívares que no provienen de la actividad productiva. De
tal forma, con la adquisición de los bonos por el Banco Central, de repente hay
unos bolívares en la economía que no tienen ningún respaldo. Es dinero
inorgánico.
Al no ser producto de la actividad económica, este
dinero es potencialmente inflacionario, ya que aumenta la cantidad de dinero en
la calle manteniendo la misma cantidad de bienes y servicios, lo que presiona
los precios al alza.
En sentido estricto lo que genera inflación no es el
déficit como tal, sino la forma en que es financiado
Esta es la razón básica por la cual se debe evitar
que el Banco Central financie los déficits públicos, como lo estipula la Constitución.
Aunque, una administración seria trataría de manejar presupuestos equilibrados,
centrándose en dos componentes: el tamaño del Estado y el monto de la deuda
pública.
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