lunes, 8 de septiembre de 2014

EXPECTATIVAS

En el diccionario podemos leer: “una expectativa es lo que se considera lo más probable que suceda. Una expectativa, que es una suposición centrada en el futuro, puede o no ser realista. Un resultado menos ventajoso ocasiona una decepción, al menos generalmente. Si algo que pasa es completamente inesperado suele ser una sorpresa”.
La expectativa es un concepto muy importante en la economía, al punto que  la ciencia utiliza  como herramienta de análisis dos variantes de este concepto: “Las expectativas racionales y las expectativas adaptativas”. La hipótesis de expectativas racionales (propuesta por John F. Muth (1930-2005) y desarrollada por Robert Lucas (1937), ambos de la Universidad de Chicago) afirma que los agentes económicos forman racionalmente sus expectativas sobre el futuro, utilizando de forma eficiente toda la información sobre el estado pasado y presente de la economía, lo que supone, incluso anticipar correctamente cuáles serán las medidas que aplicará el Gobierno ante la aparición de una perturbación económica. 
En cuanto a las expectativas adaptativas, esta hipótesis fue introducida por Philip Cagan en 1956, con la especificación de una regla por la cual los individuos revisan sus expectativas a la luz de la nueva información.
En la Venezuela de hoy, estos conceptos son muy importantes. Sin ellos no se puede explicar la formación de los precios y la actitud que ha tomado el consumidor ante la escasez de ciertos productos.
Consultando la información de cualquier página web de transacciones comerciales podemos observar el alto precio que tienen los productos, sobre todo los  bienes inmuebles (un apartamento de 3 habitaciones en la ciudad de Guarenas se oferta por BS. 1.700.000 lo que equivale a 405 salarios mínimos) Los oferentes  estiman que los precios  continuarán subiendo, por lo cual tratan de maximizar el beneficio que se espera obtener en la transacción. Igualmente podemos ver las largas colas que se forman para la adquisición de cualquier bien de consumo que lleguen al automarcado, produciendo, según quejas válidas, escasez, con compras en cantidades que superan el consumo normal. Pero, ante las expectativas de escasez que tienen los consumidores, para ellos la decisión correcta es adquirir la mayor cantidad de productos.
En ambas  situaciones juegan un papel fundamental las expectativas. Válidas o erradas, pero expectativas al fin. Toman la información disponible para tomar sus decisiones. El comportamiento y la disponibilidad de divisas, el nivel de importaciones, la cantidad de productos en los estantes. La facilidad con que se consigue un producto etc. Son algunas de las variables que  se analizan. Mientras más oscura es la información, más erradas son las expectativas y mayor la presión existente sobre los precios para que aumenten. La solución es romper con las expectativas, y esto se hace (siempre  y cuando se tomen las medidas adecuadas) a través del suministro de información veraz y oportuna (Lo peor que se puede hacer ocultar la información),  anunciar medidas que nunca se llevan a cabo  o  postergar decisiones importantes.



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