“Lo que hoy conocemos como Escuela austriaca de economía nace en 1871
con la publicación del pequeño libro de Carl Menger titulado Grundsaltze der
Volkswirtschafislehre (Principios de Economía política).
A
partir de 1920, de octubre a junio, un cierto número de jóvenes había tomado la
costumbre de reunirse conmigo cada dos semanas. Mi despacho en la Cámara de comercio
era bastante espacioso para contener de
20 a 25 personas. De Ordinario nuestras reuniones empezaban a las siete de la
tarde y terminaban a las diez y media. En aquellas reuniones discutíamos de
manera informal de todos los problemas importantes de la economía política, de
la filosofía social, de la sociología, de la lógica y de la filosofía de las
ciencias de la acción humana. Fue en aquel círculo donde nació la joven Escuela austriaca de
economía política; y fue allí donde la cultura vienesa económica conoció uno de
sus períodos áureos.” (Ludwin von Mises.
Autobiografía de un liberal. Unión Editorial.2001)
A principios del siglo XX, la
escuela Clásica de economía estaba haciendo agua, sus postulados no estaban
resolviendo los problemas, por lo cual estaba recibiendo duras críticas. Las
teorías más importantes y famosas de la economía clásica eran insostenibles, o
en todo caso,, solo se podían sostener después de transformar o completar sus
postulados. (Eugen von Bôhm-Bawerk). Economistas, propugnaban un mayor rigor
matemático y como se mencionó en el artículo anterior, la Teoría del valor
trabajo no era satisfactoria.
En Viena, capital del imperio
Austrohúngaro, un grupo de economistas austriacos: como Carl Menger (1840-1921)
y Eugen von Bôhm-Bawerk (1851-1914), llegaron a conclusiones similares a las
obtenidas por el Economista Suizo León
Walras (1834-1910) o las del economista inglés William St. Jevons (1835-1882) y
las del investigador americano, el Prof. J.B. Clark (1847-1938). La clave de la
Teoría del Valor es la “Utilidad Marginal”. Por esta razón se les llamó
Marginalistas a ese grupo de economistas
Según las propias palabras de
Bôhm-Bawerk: “…La idea de la utilidad
marginal es, en cierta medida, la clave
mágica con la que el experto puede explicar los fenómenos más enredados de la
vida económica y resolver los problemas más difíciles de la economía.”
(Bôhm-Bawerk, Eugene. Ensayos de Teoría
Económica. Volumen 1. Unión
Editorial. 1999:213”.
Sin embargo, fueron dos economistas austriacos
que le dieron el valor y la importancia al pensamiento marginalista, hasta el
punto de formar una nueva forma de análisis, la Escuela Austriaca de Economía,
y ser parte fundamental del pensamiento neoclásico, que en forma muy sencilla
se puede decir que es la unión de la teoría marginalista con el concepto
liberal clásico). Nos referimos a Ludwig von Mises (1881-1973) y su alumno más
preciado, Friedrich A. Hayek (1899-1992). Dado el papel que han jugado estos
autores en el pensamiento económico, se hace necesario estudiar a estos autores de forma individual y por separado.
El próximo sábado 17 de
noviembre, en Venezuela se celebra el día del economista, por lo tanto, les
quiero dar a mis colegas las más sentida felicitación, recordando que estamos
viviendo un período de cambios, que requiere grandes esfuerzos de reflexión y
preparación para estar y estar a la altura de los retos.
A
partir de 1920, de octubre a junio, un cierto número de jóvenes había tomado la
costumbre de reunirse conmigo cada dos semanas. Mi despacho en la Cámara de comercio
era bastante espacioso para contener de
20 a 25 personas. De Ordinario nuestras reuniones empezaban a las siete de la
tarde y terminaban a las diez y media. En aquellas reuniones discutíamos de
manera informal de todos los problemas importantes de la economía política, de
la filosofía social, de la sociología, de la lógica y de la filosofía de las
ciencias de la acción humana. Fue en aquel círculo donde nació la joven Escuela austriaca de
economía política; y fue allí donde la cultura vienesa económica conoció uno de
sus períodos áureos.” (Ludwin von Mises.
Autobiografía de un liberal. Unión Editorial.2001)
A principios del siglo XX, la
escuela Clásica de economía estaba haciendo agua, sus postulados no estaban
resolviendo los problemas, por lo cual estaba recibiendo duras críticas. Las
teorías más importantes y famosas de la economía clásica eran insostenibles, o
en todo caso,, solo se podían sostener después de transformar o completar sus
postulados. (Eugen von Bôhm-Bawerk). Economistas, propugnaban un mayor rigor
matemático y como se mencionó en el artículo anterior, la Teoría del valor
trabajo no era satisfactoria.
En Noruega, capital del imperio
Austrohúngaro, un grupo de economistas austriacos: como Carl Menger (1840-1921)
y Eugen von Bôhm-Bawerk (1851-1914), llegaron a conclusiones similares a las
obtenidas por el Economista Suizo León
Walras (1834-1910) o las del economista inglés William St. Jevons (1835-1882) y
las del investigador americano, el Prof. J.B. Clark (1847-1938). La clave de la
Teoría del Valor es la “Utilidad Marginal”. Por esta razón se les llamó
Marginalistas a ese grupo de economistas
Según las propias palabras de
Bôhm-Bawerk: “…La idea de la utilidad
marginal es, en cierta medida, la clave
mágica con la que el experto puede explicar los fenómenos más enredados de la
vida económica y resolver los problemas más difíciles de la economía.”
(Bôhm-Bawerk, Eugene. Ensayos de Teoría
Económica. Volumen 1. Unión
Editorial. 1999:213”.
Sin embargo, fueron dos economistas austriacos
que le dieron el valor y la importancia al pensamiento marginalista, hasta el
punto de formar una nueva forma de análisis, la Escuela Austriaca de Economía,
y ser parte fundamental del pensamiento neoclásico, que en forma muy sencilla
se puede decir que es la unión de la teoría marginalista con el concepto
liberal clásico). Nos referimos a Ludwig von Mises (1881-1973) y su alumno más
preciado, Friedrich A. Hayek (1899-1992). Dado el papel que han jugado estos
autores en el pensamiento económico, se hace necesario estudiar a estos autores de forma individual y por separado.
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El próximo sábado 17 de
noviembre, en Venezuela se celebra el día del economista, por lo tanto, les
quiero dar a mis colegas las más sentida felicitación, recordando que estamos
viviendo un período de cambios, que requiere grandes esfuerzos de reflexión y
preparación para estar y estar a la altura de los retos.
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