“En los espejos del río
Se mira el agua llorando;
La muerte del negro puso
Mil estrellas en los ojos;
La noche puso el rocío
Sobre el dolor de las hojas.
Negro sembrado en la tierra
Negada con su sudor;
La señal de su caída
Le da ritmo al tambor”
D.F.M.Z
Esta semana las lluvias me han obligado repetir que el día parece estar triste, que el amanecer oscuro provoca la lentitud que produce el frío matutino, pero no podía preveer que la mañana del domingo sería la más triste de todas. Todavía oscuro como le gustaba (“en la noche es que rindo y puedo escribir mejor”) se despidió para entrar en la inmortalidad, tres días después de haber cumplido 88 años.
El Dr. Domingo Felipe Maza Zavala, nació en Barcelona, Estado Anzoátegui, el 04 de noviembre de 1922. Su madre fue la maestra de escuela Luisa Zavala y del periodista Domingo Maza. Se graduó como economista en
Fue en mis primeros años de estudio en
El Dr. Maza, me brindó una amistad generosa basada en el respeto intelectual, conjuntamente con el Dr. Rafael Rangel y El Dr. José Moreno Colmenares (sus grandes amigos) me alentaron a dar mis primeros pasos en la escritura y volverme un apasionado de ver expresadas mis ideas y opiniones.
El Dr. Domingo F. Maza Zavala, entre muchas labores desempeñó las de maestro en su estado natal y periodista, quizás influido por el ejemplo de sus padres. Fueron más de 70 años de prolífica escritura, Tras la publicación de su primer libro, “Paradojas venezolanas” (Mersifrica, 1959), aparecieron libros de texto como el “Tratado Moderno de Economía” (tres ediciones, la última de Panapo) y “Análisis Macroeconómico” obra conformada por tres tomos (8 ediciones). De su pluma la tinta dejó miles de palabras en cientos de artículos en el Nacional, en
Aunque su hablar pausado y con voz un poco gruesa, lo destacaban como un gran orador, en los últimos años publicó un folleto que dejo sorprendido a muchos de nosotros que no conocíamos esa pasión de poeta. “Quinta estación”. (Monte Avila, 2006)
El Dr. Maza Zavala ha sido el maestro por excelencia de la gran mayoría de los economistas del país, por tal razón el llamarlo “maestro” ha sido una muestra de sumo respeto por parte de sus alumnos. Fue un economista polémico (como son los grandes intelectuales), un periodista mordaz, pero sobre cualquier duda fue un hombre respetado por todos. Venezuela perdió su conciencia económica, se fue un mentor, se nos fue el maestro. Paz a sus restos.
Guatire, 7 de noviembre de 2010
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