domingo, 21 de noviembre de 2010

PARADIGMAS ECONOMICOS


En mis tiempos de estudiante, un profesor nos dio una clase sobre el papel del economista en la política pública, lección recientemente recordada al leer el libro de la periodista venezolana Mirtha Rivero. “La Rebelión de los Náufragos” (Editorial Alfa, 2010). En sus páginas en una conversación con el ex ministro de Cordiplan, Ricardo Hausmann, el entrevistado refiere esta muy gráfica lección.

El Dr. Hausmann (Phd en economía), nos comenta[1] que el economista venezolano se enfrenta a tres paradigmas (por paradigma es un modelo o patrón en cualquier disciplina científica) siendo el primero la creencia de un Dios Todo Poderoso, omnipresente, que tiene toda nuestra vida controlada, por lo tanto no queda nada que hacer. “… si tu te porta mal, Dios te va a castigar…” por lo cual, si un país se porta mal, Dios lo va a castigar y este consiste en inflación, altas tasa de interés, recesión, etc. Aquí la actuación del economista, cual consejero religioso, se limitará a la advertencia a los hacedores de política cual es el camino a seguir si queremos portarnos bien para no sufrir ese castigo divino.

El segundo paradigma está situado en la conseja de “ayúdate que Dios te Ayudará”, la cual está basada en la creencia de un Dios, muy ocupado en su gran batalla contra el mal, el anticristo, y tenemos que ayudarlo en esta digna lucha ¿pero quienes son los malos? Son muchos: el imperialismo, las trasnacionales, el capitalismo, la burguesía, la oligarquía. En este caso la actuación del economista es parecida a la de un policía que busca el culpable.

El tercer paradigma, el que Dios en su sabiduría no se mete en las cuestiones humanas, a fin de que aprendamos de nuestros errores y así crezcamos en nuestro aprendizaje. De acuerdo a este paradigma, en los países al igual que nuestra vida personal, en nuestro camino se presentan una serie de problemas y desafíos que debemos enfrentar y resolver para llegar exitosamente a nuestra meta.

¿Cuál de los tres, es el correcto? Todos y ninguno, pero salvando el tema religioso, estoy de acuerdo con el último. Los dos primeros han sido causante de muchos males, ya que ha dado lugar a grandes batallas ideológicas, descuidando la praxis. El segundo paradigma ha estado presente e nuestro país por muchas décadas con los fracasos que todos conocemos, siendo el principal un Estado hipertrofiado con ínfulas de un todopoderoso, apoyado en una renta petrolera.

Si algo ha demostrado los éxitos económicos recientes de países hermanos como Chile, Costa Rica o Colombia, es que nuestro destino depende de nosotros y no de la influencia negativa de un culpable de nuestros males. Fuera de toda ideología caduca, de derecha o de izquierda, lo que cuenta es el resolver pragmáticamente los problemas de nuestros pueblos: Ante la pobreza hay que generar ingresos, ante la insalubridad, hay que construir hospitales, hay que combatir las enfermedades, ante la ignorancia hay que construir institutos educativos de calidad. Pero ante todo hay que tener humildad y saber escuchar a nuestro pueblo, nadie tiene el derecho ni el poder de interpretar sus necesidades. Rescatemos los valores fundamentales: la familia, el respeto, la honestidad, el trabajo y el buen uso del lenguaje.



[1] El texto es mi interpretación personal, por lo tanto difiere de lo señalado por el DR. Hausmann.

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