por Maxim
Ross
Rompo la secuencia de
artículos sobre los retos de política económica que tiene el gobierno para
presentar un punto de vista sobre lo que hemos hechos los venezolanos con el
petróleo. Una breve historia ilustra una propuesta para el futuro.
Venezuela
es su petróleo.
Esta frase sintetiza una
era de explotación del crudo que tiene, como todo, aciertos y errores y sería
muy difícil evaluar en su totalidad, aunque destacan algunos hitos que marcan
nuestra historia petrolera. Por ejemplo, saber pasar inteligentemente de las
grandes concesiones a las reivindicaciones fiscales que caracterizaron los comienzos de siglo y donde estuvieron los
pioneros del nacionalismo petrolero venezolano. Luego el otro gran hito, al
nacionalizar las empresas extranjeras, estatizarlas realmente[1],
reconocerle a quienes manejaron esa transición hacerlo con gran criterio y
colocar a PDVSA en los primeros lugares del ranking mundial petrolero.
Después de esos dos
grandes momentos vino retroceso, tras retroceso, principalmente caracterizado
por la pérdida continua de capacidad productiva, de mercados, de poder de
transformación industrial y de cada vez menos presencia e influencia
internacional. Un límite lo marca la apertura iniciada a mediados de los
noventa y revertida dramáticamente desde los años 2000 a la fecha, repitiéndose
el mismo ciclo de pérdidas en todos los
frentes, hasta materializarse en la precaria situación de PDVSA. Venezuela es
hoy lo que hicimos con el recurso y así seguirá si no alteramos la ruta que nos
condujo a ella. ¿Sembrar el petróleo?
Con esa frase se inaugura
el estado de conciencia del impacto del petróleo en la vida social venezolana y
la intención de romper la inercia que ahoga a Venezuela. Puesta en la opinión
pública tempranamente por Uslar Pietri y seguida por Betancourt, fue el llamado
de atención para no despilfarrar el valioso recurso, convertirlo en ganancia al
impulsar la industria y la agricultura y cerrarle el paso al “festín de los
millones”. Pero no lo hicimos. Hoy nos encontramos casi, para no decir
totalmente, en el mismo lugar que en 1936 porque los resultados económicos y
sociales de la era petrolera ¡son decepcionantes! Que todavía nuestras ciudades
estén rodeadas de miseria, de millones de ranchos y que el tema de la pobreza no
se haya superado lo demuestran.
¿Repartir o Invertir
la Renta?
Evaluando esa trayectoria
de uso del recurso, en especial del excedente económico que genera y que llamamos renta, esto es el
impacto económico y social que ha tenido en nuestro país, encontramos con que,
prácticamente, lo que hemos hecho es repartir la renta. Hallamos plena
justificación para convertirla en la dádiva paternal y protectora, fuese a
través de programas sociales o misiones, pero descuidamos lamentablemente un principio económico básico: ese excedente
es el ahorro nacional por excelencia y, por tanto, tendría que ser totalmente
invertido[2].
Debimos comprender que es el medio idóneo
para restaurar ese capital, sustituirlo por otras capacidades productivas que permitan atenuar todo lo
posible la dependencia del petróleo. Por ello propongo como consiga para los
años por venir:
¡Independizarnos del petróleo!
Ahora que los tiempos del
petróleo pueden estarse acabando para Venezuela, no como creyeron nuestros predecesores, que había que
“sembrarlo” antes de que se agotara, sino porque el mercado energético mundial
y continental muestran cambios fundamentales ahora, con carácter de urgencia debemos
Independizarnos
del Petróleo y colocar todo el
excedente en un Fondo de Ahorro[3],
tal como lo han hecho muchos países[4]
e invertirlo estrictamente en la creación de capacidades productivas distintas
al petróleo y bajo la estricta condición de que generen divisas alternativas.
Ese Fondo de Ahorro tendría
que ser manejado por una representación significativa de la sociedad venezolana
y separarlo de la administración estatal, además de que el artículo primero de
sus estatutos prohibiría taxativamente cualquier intento de reparto. Solo así
Venezuela podría superar la era de la hegemonía económica y política del
petróleo.
[1] Cuando se llevaron por delante las pocas iniciativas venezolanas
para entrar en su explotación.
2 Reconozco que intentos hubo por
romper esa inercia con la creación de Fondos de Inversión en distintas épocas,
pero terminaron destruidos o convertidos en meros repartos de renta.
3 Propuesta adelantada por otros en
Venezuela, con ciertas diferencias. (Ver Monaldi y Rodriguez. IESA).
4 Noruega, Méjico, Chile, Arabia
Saudita, Emiratos Arabes (Dubai, Abu
Dhabi) y otros lo han logrado