lunes, 28 de mayo de 2012

¿SENSACION O REALIDAD?


Hace pocos días el Banco Central de Venezuela presentó las cifras preliminares para el primer trimestre de 2012. Las mismas reflejan básicamente un crecimiento económico y una deceleración en el aumento de los precios.

Varias personas han manifestado reiteradamente sobre la incredulidad a estos resultados, aduciendo  que la sensación que tienen es todo lo contario. ¿Quién tiene la razón? ¿la sensación o la realidad? La respuesta es muy simple: ambos. Las cifras reflejan una realidad enmarcada en los parámetros forjados por una metodología internacionalmente aceptada y adoptada  a cargo de unos técnicos calificados y entrenados para su cálculo.

La cuestión es que en materia económica la sensación o percepción que se tiene sobre un evento es en muchos casos más importante que la realidad. No pongan cara de extrañeza y tengan un poco de paciencia, lo vamos a tratar de explicar con unos ejemplos.

En primer lugar veamos el caso del proceso inflacionario. Si las personas sienten, perciben o creen que los precios de los bienes y servicios seguirán en ascenso, tratarán de anticiparse a esta situación pidiendo aumento de sueldos, por ejemplo o si es un trabador independiente, ajustando sus honorarios, Esta situación encarecerá los costos de producción, presionando el aumento de los precios finales. En la literatura económica esto se conoce como inflación inercial o por expectativas.

Oteo caso que podemos mencionar es el del tipo de cambio ¿Cuántas veces ante el aumento del precio de un bien o servicio determinado? Nos han respondido para nuestra incredulidad, que el aumento es motivado a la devaluación de la moneda y, ¡ese bien no contiene ningún insumo importado!.

El de la escasez es otro ejemplo bandera de lo que puede causar la sensación o percepción. ¿Cuántas veces no ha corrido usted o a hecho una larga cola para adquirir un producto por el solo hecho de que usted o su familia cree que va a escasear. Lo que tarde o temprano se genera, producto de los mismos compradores.

Finalmente, señalaremos el más devastador de todos. La Sensación de inseguridad, ya sea jurídica o física. No importa si es real o no. Ya la existencia del temor no permite a las familias salir a divertirse en las noches, afectando a la industria del entretenimiento. El turismo, disminuye la inversión y el consumo privado, y pare usted de contar.

En todos los casos la solución es la misma, hay que cortar las expectativas, mostrando de manera CONVICENTE  la realidad. Hay que demostrar que no hay motivos para tener falsas sensaciones. ¡Cláro! esto no es tan sencillo, la credibilidad hay que ganársela. Si el río suena, demuestre que este no trae piedras y recuerde en economía la percepción es muchas veces más importante que la realidad.

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