El 21 de noviembre
de 1969, las Universidades de Stanford y UCLA, se conectan por primera vez en
una red informática para transmitirse entre ellos un correo electrónico. Para
tan importante logro utilizaron un proyecto encargado por el Ministerio de la
Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica llamado: “Advanced Research
Projects Agency Network” (ARPANET). De esta manera se dio inicio a un proceso
que actualmente se conoce mediante el nombre de “Word Wide Web” o simplemente “Internet”.
El
surgimiento de este poderoso instrumento ha causado una verdadera conmoción
mundial al mover las bases que sustentan las formas tradicionales del
aprendizaje y la manera de ver el mundo. A cada segundo surgen miles de
noticias y datos, que inundan a la red, sin embargo nunca como antes, están a disposición
de los investigadores de los distintos campos del saber, la información
especializada que antes era de exclusivo conocimiento de unos pocos.
Así como
el siglo XIX y la primera mitad del XX, se puede decir, que la producción industrial
es el motor del crecimiento económico, actualmente, esta situación esta
cediendo grandes espacios a los servicios y a la generación de información técnica
muy especializada. Como bien lo dice la UNESCO, en su estudio: “Hacia las
sociedades del conocimiento”: “…lo que constituye una transformación
revolucionaria no es tanto el rápido auge de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación –Internet y telefonía móvil, entre otras- como el
recurso cada vez mayor a estos instrumentos por parte de proveedores de
contenidos informáticos, educativos y culturales en los que los medios tienen
un papel cada vez más considerable.” Lo revolucionario no es tanto la
generación masiva de información sino su utilización en la generación de
conocimiento.
Se hace
necesario distinguir y marcar diferencia entre información y conocimiento, no
son lo mismo. La información es un dato bruto, esto es, la materia prima para
la generación del conocimiento. Por lo cual no sería muy descabellado definir a
la información como un “no conocimiento”. La prueba de esto la proporciona la misma
Internet ¿Cuanta información que se encuentra en ella se puede considerar como
basura, inconveniente o en contra de los principios morales?. El conocimiento en
cambio, en cualquier campo, permite a quien lo posee tener la capacidad de
actuar intelectualmente o físicamente.
De esta forma, el conocimiento es
esencialmente una cuestión de capacidad cognitiva.
La
información es efectivamente un instrumento del conocimiento, pero no es el
conocimiento en si. La información que nace de deseo de intercambiar los
conocimientos y de hacer más eficaz su transmisión, es una forma fija y
estabilizada de estos que depende del tiempo y de su usuario: una noticia es
“fresca” o no lo es. La información es en potencia una mercancía que se compra
y se venden en un mercado y cuya economía se basa en la rareza, mientras que un
conocimiento –pese a determinadas limitaciones: secreto de Estado y formas
tradicionales de conocimientos esotéricos, por ejemplo –pertenece legítimamente
a cualquier mente razonable, sin que ello contradiga la necesidad de proteger
la propiedad intelectual. La excesiva importancia concedida a las informaciones
con respecto a los conocimientos pone de manifiesto hasta qué punto nuestra
relación con el saber se ha visto considerablemente modificada por la difusión de los modelos de
economía del conocimiento
Manuel
Castells Viloria, sociólogo español, quien es considerado una de las más altas
autoridades en la sociología asociada a la información, en referencia al tema
nos comenta:”… Internet es la
sociedad, expresa los procesos sociales, los intereses sociales, los valores
sociales, las instituciones sociales. ¿Cuál es, pues, la especificidad de
Internet, si es la sociedad?. La especificidad es que se constituye la base
material y tecnológica de la sociedad red, es la infraestructura tecnológica y
el medio organizativo que permite el desarrollo de una serie de nuevas formas
de relación social que no tienen su origen en internet, que son frutos de una
serie de cambios históricos que no podrían desarrollarse sin Internet. Esa
sociedad red es la sociedad que yo analizo como una sociedad cuya estructura
social está construida en torno a redes de información a partir de la tecnología
de la información microelectrónica estructurada en Internet. Pero Internet en
ese sentido no es simplemente una tecnología, es el medio de comunicación que
constituye la forma organizativa de nuestras sociedades, es el equivalente a lo
que fue la factoría en la era industrial ola gran corporación en la era
industrial. Internet es el corazón de un nuevo paradigma sociotécnico que
constituye en realidad la base material de nuestras vidas y de nuestras formas
de relación, de trabajo y comunicación. Lo que hace Internet es procesar la
virtualidad y transformarla en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad en que vivimos.” (Internet
y la sociedad red.2001:13)
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