Comenzó el mes de agosto con el acontecimiento del cierre de un número importante de estaciones de radio, aduciendo problemas legales en la concesiones. Más allá de la justicia o no de la medida, esta trae graves consecuencias económicas que no se, si fueron contempladas, no le interesan o simplemente las consideran marginales ante un fin superior que no han manifestado pero que muchos intuyen.
La primera consecuencia es económica-social y es tan evidente que no tengo idea como van a asumir el costo. Me refiero al grupo de empleados que van a quedar cesantes, y no sólo a los que laboran directamente en las estaciones de radio sino también a los cientos que indirectamente le prestan servicios: proveedores, técnicos, publicistas, etc.
Segundo, es un duro golpe al crecimiento del país, se está reduciendo la oferta en el sector de telecomunicaciones y de sectores conexos, como es el caso de la publicidad. Por lo tanto los economistas tendrán que hacer ajustes en las estimaciones del comportamiento del PIB para el 2009. Paradójicamente un menor crecimiento, representa menores ingresos para el gobierno por concepto de recaudación de impuestos.
Muchas de las estaciones tenían más de una década de funcionamiento, realizando importantes inversiones. Una de las acusaciones planteadas es que existen los llamados circuitos. En economía existe un principio llamado “Economías de escala”, que en forma muy sencilla indica que una empresa se vuelve más eficiente en la medida que crezca y amplíe sus mercados, por lo tanto es una actitud racional que las estaciones de radio busquen unirse a los circuitos. Ahora bien ¿Quién asume las pérdidas causadas por el cierre?. Al estar cerrados no se genera ingresos lo que implica que no se puedan pagar las deudas. Lo normal es que se pida financiamiento a las instituciones financieras para comprar la maquinaria y equipo que se necesiten. Al no poder pagar los préstamos la banca se fe afectada y por supuesto los ahorristas. Lo que procede es la venta de activos para salir lo mejor parado que se pueda ante los acreedores, pero se escucha de confiscación de los equipos. De ser verdad se agravaría la situación, porque al no haber activos que vender, los acreedores deben asumir la pérdida.
Igualmente este es un duro golpe para la confianza de todo posible inversionista privado. Estimo que es una nueva contribución al alejamiento de los inversionistas del territorio venezolano.
Si se procede a cerrar una cantidad mayor de estaciones de radio, los efectos descritos anteriormente serán más profundos. La idea es que un país crezca. La tendencia a nivel mundial es reducir las regulaciones para que los emprendedores puedan ingresar más fácilmente a la economía formal. Como se está haciendo costumbre, nosotros vamos en contra de la corriente y estamos entorpeciendo el surgimiento de nuevos empresarios.
La primera consecuencia es económica-social y es tan evidente que no tengo idea como van a asumir el costo. Me refiero al grupo de empleados que van a quedar cesantes, y no sólo a los que laboran directamente en las estaciones de radio sino también a los cientos que indirectamente le prestan servicios: proveedores, técnicos, publicistas, etc.
Segundo, es un duro golpe al crecimiento del país, se está reduciendo la oferta en el sector de telecomunicaciones y de sectores conexos, como es el caso de la publicidad. Por lo tanto los economistas tendrán que hacer ajustes en las estimaciones del comportamiento del PIB para el 2009. Paradójicamente un menor crecimiento, representa menores ingresos para el gobierno por concepto de recaudación de impuestos.
Muchas de las estaciones tenían más de una década de funcionamiento, realizando importantes inversiones. Una de las acusaciones planteadas es que existen los llamados circuitos. En economía existe un principio llamado “Economías de escala”, que en forma muy sencilla indica que una empresa se vuelve más eficiente en la medida que crezca y amplíe sus mercados, por lo tanto es una actitud racional que las estaciones de radio busquen unirse a los circuitos. Ahora bien ¿Quién asume las pérdidas causadas por el cierre?. Al estar cerrados no se genera ingresos lo que implica que no se puedan pagar las deudas. Lo normal es que se pida financiamiento a las instituciones financieras para comprar la maquinaria y equipo que se necesiten. Al no poder pagar los préstamos la banca se fe afectada y por supuesto los ahorristas. Lo que procede es la venta de activos para salir lo mejor parado que se pueda ante los acreedores, pero se escucha de confiscación de los equipos. De ser verdad se agravaría la situación, porque al no haber activos que vender, los acreedores deben asumir la pérdida.
Igualmente este es un duro golpe para la confianza de todo posible inversionista privado. Estimo que es una nueva contribución al alejamiento de los inversionistas del territorio venezolano.
Si se procede a cerrar una cantidad mayor de estaciones de radio, los efectos descritos anteriormente serán más profundos. La idea es que un país crezca. La tendencia a nivel mundial es reducir las regulaciones para que los emprendedores puedan ingresar más fácilmente a la economía formal. Como se está haciendo costumbre, nosotros vamos en contra de la corriente y estamos entorpeciendo el surgimiento de nuevos empresarios.
El economista Maxim Ross ha demostrado como a lo largo de estos años, esta política económica basada en concesiones o economía mercantilista, le ha hecho mucho daño al país. Dejar el comportamiento de la economía a la discrecionalidad de un funcionario es peligroso, el hombre es falible y como lo he dicho anteriormente, después de la guerra, las equivocaciones en materia económica, so
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