El pasado miércoles 21 de enero,
el Presidente de la República de Venezuela, en la Asamblea Nacional anunció una
serie de medidas con las cuales pretende solventar la grave crisis económica
que está viviendo Venezuela.
En primer lugar anunció una serie
de inversiones en infraestructura así como un aumento del 15% en el salario
mínimo. Con estas medidas pretende realizar una política anticíclica, estimulando
la demanda, en el más puro Keynesianismo, a fin de preservar el ingreso del
consumidor. En ningún momento se dijo como se va a financiar este aumento del
gasto público, aunque muy loable en su pretensión, no parece muy conveniente
aumentar el gasto ante una caída del ingreso, a menos que se quiera emitir más
dinero inorgánico, lo que se traduciría en más inflación.
En segundo lugar anunció una
modificación en la política cambiaria. Se establecieron tres mercados: uno
preferencial, otro SICAD unificado y un tercero atendido por las diferentes bolsas
privadas y públicas existentes en el país. Solamente se aclaró cuál sería el tipo de cambio para el mercado
preferencial (alimentos, medicinas y salud) de 6,30 Bolívares por dólar. De los
otros dos mercados no se especificó nada. El mercado externo tiene dos
problemas básicos. En primer lugar, un
tipo de cambio apreciado, es decir muy barato, lo cual aumenta la demanda por
encima del requerido para las transacciones reales. Es tentador tratar de
adquirir dólares a 6,30 para venderlos a 50. En segundo lugar, el sistema
utilizado en la actualidad para suministrar las divisas requeridas es
ineficiente, lento y poco transparente, lo que retarda las importaciones de los
bienes requeridos por la economía. El
Presidente, no pudo aclarar como solventar estos dos problemas,
corriendo la arruga para un posterior anuncio de las autoridades económicas. En
tercer lugar anunció la recuperación del abastecimiento de bienes, mediante un
aumento en la supervisión de las diferentes empresas distribuidoras existentes
en el país. Más control y supervisión.
La semana pasada un grupo de 60
economistas, entre los cuales se encuentran académicos, profesores y
consultores privados, sacaron a la luz pública un documento en el cual
advierten sobre la grave situación económica del país. En referencia al mensaje
del presidente señalan: “En el contexto de la fuerte caída de los ingresos
petroleros en 2015, a un estimado de la mitad de los recibidos en 2014, con pesadas obligaciones financieras y
petroleras que se analizan en este
documento, la disponibilidad de divisas para proveerlas bajo este régimen
cambiario son muy limitadas. La expansión del gasto público anunciada por
Maduro, no puede sino aumentar la liquidez en manos del público y la presión
sobre la nueva tasa de cambio vía casas de bolsa y el mercado paralelo. Esta
tercera tasa de cambio, todavía por ser definida en sus detalles, será, sin
embargo, mucho más alta y elevará el costo del gran volumen de importaciones
que no recibirán divisas a las tasa preferencial ni Sicad. Sin un conjunto de medidas económicas
coherentes, como se plantea en la segunda sección de este documento, un régimen
cambiario como el anunciado no puede
sino reflejar la muy fuerte presión alcista en los precios y en las tasas de
cambio de libre fluctuación. El ajuste del salario mínimo en 15%, a partir de febrero,
es insuficiente, y ocurre en medio de presiones que elevaran la inflación por
encima de 100% anual; los anuncios están lejos de constituir un verdadero plan
coherente y creíble para estabilizar la economía venezolana y sentar las bases
para su recuperación”.
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