El año 2015, el venezolano lo comenzó haciendo colas
frente a los diferentes negocios de venta de alimentos al detal, con la
esperanza de poder adquirir productos como: mantequilla, aceite, café, leche,
pañales, artículos de aseo personal, etc., que tienen tiempo sin poder
comprarlos regularmente.
La formación de las colas es atribuible al temor
que vive el consumidor ante el desabastecimiento de los productos básicos de su
dieta diaria. Este temor ha causado un aumento inusual del consumo, lo que
algunos llaman el “acaparamiento doméstico”, el cual es entendible totalmente.
Si una venezolana, asiste a más de un supermercado y no consigue pañales, por
ejemplo, es comprensible que cuando los encuentre, quiera llevarse una cantidad
superior al acostumbrado, para prevenir, dirán algunas. Tal es la paranoia, que muchas personas, que
hacen cola, si le preguntamos que
venden, no saben la respuesta, solo dicen, “no sé, compraré lo que saquen, lo
que haya llegado”. Parte de la formación
de las colas es explicado por innumerables comerciantes informales, que tratan
de adquirir los productos a precios regulados, para revenderlos posteriormente
a precios que involucran beneficios extraordinarios.
Otro factor que ha incrementado
el consumo es la fuerte inflación que está viviendo el venezolano (en alimentos
supera el 100%, anual) la cual ha obligado a aumentar las compras, tratado de
ganarle al aumento de precios, utilizando recursos monetarios que estaban
destinados a otras actividades e incluso, utilizando el crédito bancario a
través de la utilización de las tarjetas de crédito.
Estas colas son resultados
visibles de un proceso real de escasez que viene desarrollándose desde hace
tiempo en el país, producto de una mala
política económica basada en el exceso de controles y la estigmatización y persecución del sector privado, sumado a un
crecimiento del poder del gobierno central más una profundización del modelo
rentista petrolero No es nuevo el proceso de estatización de empresas del
sector privado así como la posterior formación de empresas públicas que con el
tiempo han demostrado su ineficacia (Agropatria, Cemex, Sidor, etc.). También
es notorio la mudanza de empresas a distintos países latinoamericanos (en
especial Colombia) de las casas matrices de importantes compañías extranjeras
que utilizaban a Venezuela como eje de su política, dado la posición geográfica
estratégica de nuestro país (P&G). Así como la criticable acción de algunos
empresarios que han ido del país, abandonado
sus activos y abandonado a los
empleados. (Clorex). Lo anterior es una pequeña muestra de los factores que han
producido una gran disminución en la oferta de bienes y servicios. Que se ha
tratado de compensar con productos importados.
Los excesivos controles, ente los
cuales, lo más importantes son los de precios y la tasa de cambio, han vuelto
muy muy difícil la actividad industrial y comercial, La regulación de precios y el lento proceso de ajustes en
los mismos, como el difícil acceso a las divisas ha producido el cierre de un
gran cantidad de establecimientos.
La realidad es que la actividad
económica en Venezuela se ha convertido en una economía comercial, de productos importados por un gobierno (en
detrimento de la industrial, productiva),que ha demostrado su incapacidad
en la distribución de bienes y
servicios, que se escuda con la tesis del acaparamiento y la especulación, como
armas fundamentales de una “guerra económica”, negando la verdadera causa, la aplicación
de un modelo económico ineficiente.
La eliminación de las colas es
bastante difícil, desaparecerán con el regreso de la confianza del consumidor,
confianza de poder adquirir un producto cuando lo necesiten y a un precio
acorde con sus ingresos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario