La semana pasada hacíamos
referencia a la paranoia que está sufriendo el venezolano a causa de la
inseguridad y los problemas económicos (inflación y escasez). En este último
aspecto hay que resaltar el grave problema que se está presentando con la
escasez de medicinas.
En fecha reciente Freddy
Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela declaró a una
emisora de radio que el mercado de las medicinas sigue “intermitente” como
desde hace tres años y que han sobrepasado apenas 50% de las fallas registradas
en estos productos. Voceros del sector farmacéutico reportan la falta absoluta
de al menos 61 medicamentos. Esta cifra es validada por el Banco Central de
Venezuela (BCV), quien informó que al cierre del mes de marzo la escasez de
medicinas llegó a 50%. Aunque el ministro para la salud, Francisco Armada,
niega el hecho atribuyéndolo a la “guerra económica” que se le atribuye a
miembros de la oposición.
La situación es grave, en el país
existen miles de pacientes con enfermedades crónicas que necesitan diariamente
su medicación. Hemofílicos, pacientes con sida, pacientes que sufren de la
tensión, etc, viven cada día un calvario para conseguir las medicinas que
necesitan para su salud. Sin tomar en cuenta el aumento en los precios.
Algunos pacientes están
recurriendo a las redes sociales para encontrar las medicinas necesitadas, pero
estos son minoría si consideramos que las personas de la tercera edad son los
que más requieren estos productos. De igual manera en los últimos tiempos han
surgido una serie de fundaciones y asociaciones civiles sin fines de lucro que
han creado bancos de medicina para su distribución gratuita, con la única
condición de presentar el récipe médico.
Las medicinas son lo que
denominamos en economía “bienes inelásticos”, es decir bienes que su consumo no
reacciona al aumento de los precios, es decir, la gente los siguen comprando
aunque aumenten los precios. La inelasticidad de la demanda de las medicinas es
la razón por la cual los gobiernos supervisan directamente su venta y
distribución, facilitando por medio de subsidios, tipo de cambio preferencial,
etc., su venta a los ciudadanos con menos posibilidades.
En Venezuela, ni siquiera en la farmacia para
medicinas de alto costo, dependiente del Seguro Social, se están consiguiendo
los productos. Como son básicamente importados, la escasez de divisas está
afectando su compra. La licenciada Julie Romero,
presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Anzoátegui, en declaraciones a la
prensa regional aseguró” que la falta de celeridad en la asignación de permisos
para el ingreso de drogas al país, es una de las principales causas que genera
la escasez de medicinas” .Cada día es más frecuente encontrarse con estantes
vacíos, ni los “genéricos” se encuentran.
Hay que aceptar que el régimen
cambiario, establecido hace once años en Venezuela ha fracasado. Los controles
de precios y en específico el control de cambio son medidas coyunturales. Es
decir, para resolver problemas específicos, nunca puede ser una medida general
persistente en el tiempo. Como la realidad venezolana lo ha demostrado son
mayores los desequilibrios que causa que los que pretende resolver.
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