El Gobierno Nacional sigue
insistiendo en señalar como principal
causa de la inflación a la especulación y el acaparamiento, con la novedad de
que ahora estas forman las armas principales de una “Guerra Económica. Esto
obliga a tocar una vez más este tema (ya analizado en marzo de 2009) a fin de
que el lector comprenda que el único culpable de la inflación es el gobierno y
su insistencia en tratar de implementar un modelo fracasado.
Gente
de la mal llamada “Izquierda”, siguen insistiendo (con desconocimiento de la
materia) en definir, la especulación como sinónimo de robo, apropiación y
delito. Si no lo creen, vean el comentario que escribió en mi blog un partidario
de la intervención estatal: “Hermano, me
disculpa la expresión, pero no sea cara de tabla. Decir que "en economía,
especular es simplemente tratar de generar un beneficio al realizar una
transacción comercial" es el ardid más utilizado y gastado de todo
capitalista, de aquél que oculta adrede el verdadero origen de toda ganancia,
para hablar de que se hizo rico "a través del mero esfuerzo y dedicación
individual", cuando que toda ganancia es producto de la plusvalía, y el
precio es precisamente el valor agregado que el capitalista hace a un producto;
y para que tenga sentido para el capitalista producir, necesariamente tiene que
producir plusvalía, si quiere obtener alguna ganancia. Haya control de precios
o no el capitalista siempre va a ganar porque toda producción dentro del
sistema capitalista se basa en la generación la plusvalía por parte del
trabajador y el robo de la misma por parte del capitalista”
Como,
se puede leer, el comentario repite las mismas sandeces que repiten los socialistas
Marxistas-leninistas. Analicemos algunas de ellas: En primer lugar, la
definición no es de nosotros. Especulación es un término tomado de las
Finanzas. En el Diccionario de la RAE, se puede leer, en su acepción No 4, que
especular es: “Efectuar operaciones
comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en
las variaciones de los precios o de los cambios”. Igualmente, la enciclopedia
virtual Wikipedia, señala al respecto: “En
economía, la especulación es el conjunto de operaciones comerciales o
financieras que tienen por objetivo la obtención de un beneficio económico,
basado en las fluctuaciones de los precios. Una operación especuladora no busca
disfrutar del bien o servicio involucrado, sino obtener un beneficio de las
fluctuaciones de su precio con base en la teoría del arbitraje. En sentido
extenso, toda forma de inversión es especulativa; sin embargo, el término se
suele aplicar a aquella inversión que no conlleva ninguna clase de compromiso
con la gestión de los bienes en los que se invierte, limitándose al movimiento
de capitales (mercado financiero), habitualmente en el corto o medio plazo. La
especulación se basa, por tanto, en la previsión y en la anticipación, de forma
que el especulador también puede equivocarse si no prevé correctamente la
evolución de los precios futuros, de forma que tendrá que vender barato algo
que compró caro. El mercado especulativo por tanto premia a los buenos
previsores y castiga a los malos.
Esta
definición es importante para entender la acción especulativa al resaltar dos
hechos. En primer lugar se destaca la fluctuación de los precios. Teóricamente
si hay precios regulados no debería existir la especulación. Pero la
hay, es decir hay presencia, o los agentes económicos así lo perciben, de que
hay un diferencial de precios que permite una ganancia a corto plazo. El otro punto
a destacar es que la especulación implica riesgo. Como se puede ganar, se puede
perder ¿Será que el amigo que me envío el comentario, nos puede asegurar que
todo especulador se hace rico? Si lo hubiera sabido antes, ¿por
qué no monté mi empresa? hace años que me hubiera vuelto millonario. Las
personas vinculadas al emprendimiento coinciden en que el 80% de las Pymes
fracasa antes de los cinco años y el 90% no llega a los diez años ¿no parece
tan fácil verdad?
No hay duda
que el acaparamiento, es una violación en contra el buen desempeño de la economía
productiva. En eso no hay discusión. Ahora bien, ¿Quién acapara? Para responder
a esta pregunta hay que distinguir entre dos tipos de acaparamientos: el que
busca afectar los precios y el doméstico precautalativo. Comencemos por el
segundo. Es innegable que en los últimos mees se ha registrado un aumento en las
compras de ciertos productos, que no pueden ser atribuibles a un aumento al
consumo. Los hogares están realizando compras nerviosas dada la escases de
varios productos de la dieta diaria y la cual es bastante notoria en los anaqueles
de los supermercados ¿Cómo puede usted criticar a un padre o madre de familia
de estar nervioso si no tiene suficiente leche para sus hijos, o alimentos en
general ¿No fue el propio presidente Chávez quien comentó que no era delito
robar para alimentarse? En este caso no
es robar sino adquirir los bienes necesarios con un dinero que cada vez
rinde menos. Recordemos que la escases genera inflación, nunca al revés.
¿Quién acapara,
el que quiere o el que puede? El acaparamiento involucra una serie de costos
que no es realista que un pequeño comerciante incurra en ellos, almacenaje,
seguridad, transporte, etc. Aparte de que el volumen que pudiera guardar no
puede modificar el precio del producto. De tal forma que solo una empresa
grande con una participación importante en el mercado pudiera obtener un
beneficio del acaparamiento..
En un libro de
reciente publicación: “La quiebra moral
de un país” (2013, Artesano Editores), la socióloga Isabel
Pereira, nos presenta un cuadro cuya fuente es el economista Moises Naím y cálculos realizados por su equipo de investigación.
En el mismo se puede ver que en el período 1998-2011 el parque industrial venezolano
paso de 14.000 industrias a 9.000, lo
que representa una reducción de 36%. Así mismo más de 100 empras han sido
expropiadas, algunas de las cuales son monopolios en su área, como lo son: Agropatria,
monopolio en el suministro de insumos agrícolas, las cementeras, las
procesadoras de harina de maíz, en la actualidad una sola marca a quedado en
manos del sector privado (harina Pan del grupo Polar). Como se puede observar,
el Gobierno es el que tiene mayor capacidad de acaparar (esto no quiere decir
que lo haga). Para el mes de septiembre de 2013 la el aumento acumulado en los
precios de los BIENES REGULADOS es de 38,2%, alrededor de 8 puntos superior a
la variación general.
Los voceros
gubernamentales han agregado un nuevo componente, la existencia de una guerra
económica basados fundamentalmente en la experiencia Chilena, cuando la CIA intervino
en el gobierno del presidente Allende. A este respecto resulta muy esclarecedor el artículo del periodista
Vladimir Villlegas de fecha 08/10/13 (http://www.el-nacional.com/vladimir_villegas/guerra-economica_0_277772461.html), en el cual podemos leer: “… Pero tampoco se puede, en nombre de lo que
pasó en Chile, establecer paralelismos mecánicos. El presidente Allende tenía
minoría en el Congreso, no contaba con el apoyo de las Fuerzas Armadas, y de
hecho es derrocado, y ni siquiera habían transcurrido tres años de su gobierno.
Es decir, era un presidente rehén de las circunstancias históricas. Por una
parte la ultraderecha sembrando la ingobernabilidad y la violencia, y también
por la otra una ultraizquierda desesperada por calcar escenarios de otros
procesos, para lo cual promovían acciones que terminaban por apoyar
indirectamente los planes de los factores de poder que no aceptaban los cambios
en la sociedad chilena.”
Para concluir debemos afirmar que
en Venezuela, el proceso inflacionario es explicado fundamentalmente por el
rotundo fracaso de un modelo económico basado en la regulación de precios y de
la economía en general. Es decir el fracaso del Socialismo del siglo XXI
como modelo económico-social.
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