lunes, 7 de octubre de 2013

IZQUIERDA Y DERECHA, CONCEPTOS ANACRONICOS

Es menester que en este articulo se deje plasmada de una vez, la tesis de trabajo. Los conceptos de izquierda y derecha, han dejado de tener importancia, son anacronismos, con los cuales se quieren justificar un sistema económico y político-social que ha muerto.
Como no los señalan los profesores  María Teresa  Romero y Aníbal Romero, con el paso del tiempo, el significado de estos términos se han hecho cada vez más imprecisos. De hecho, son tan amplios y ambiguos que se han hecho que se ha desechado como categoría política en la ciencia política actual. (2005: 121)
            La validez de esta tesis implica que el uso de estos términos en el discurso cotidiano por parte de un sector de la dirigencia política del país, representa un comportamiento también anacrónico. Totalmente alejado del debate ideológico moderno.
            Los términos de izquierda y derecha nacieron el 11 de noviembre de 1789 cuando se instala  la Asamblea Constituyente que surge con la revolución Francesa. A la derecha de se sentaron los diputados que representaban a la nobleza, siendo su principal orador, el aristócrata Jacques Antoine Marie de Cazalès (1758-1805), en representación de la nobleza, y el abad Jean-Sifrein Maury, en representación del alto clero. Se oponían sistemáticamente a todo tipo de reformas y buscaban más sembrar la discordia que proponer medidas.
            En cambio a la izquierda se sentaban los diputados del partido de la nación, conformada por dos tendencias: la alta burguesía cuyos principales diputados fueron: Honoré Gabriel Riquetti, Conde de Mirabeau (1749-1791); Marie-Joseph Paul Yves Roch Gilbert du Motier, marqués de La Fayette, (1757-1834) y el académico Jean Sylvain Bailly (1736-1793), mientras que el triunvirato compuesto por: Antoine-Pierre-Joseph-Marie Barnave (1761–1793), Adrien Duport (1759-1798) y Alexandre-Théodore-Victor, comte de Lameth (1760-1829), encabezaban a los que defendían las clases más populares. Este sector era el que promovía las más osadas reformas. De esta manera se asoció  a la izquierda política, el sector reformista y a la derecha política, el sector conservador, no reformista.
            Es importante hacer notar la presencia de la alta burguesía en el sector izquierdista, lo cual es lógico, ya que de este sector burgués (Marx, Engels y Lenin por citar a los tres fundamentales, fueron burgueses) donde generalmente provienen los intelectuales que le dan una base teórica y filosófica a los grandes cambios políticos.
            La izquierda como categoría política, surge con fuerza gracias al pensamiento Marxista socialista que cual espectro se cierne en Europa a comienzos del siglo XIX y, que con el aporte teórico de Lenin, se crea un nuevo régimen político-social y económico, el comunismo.
            De esta manera se  consideró como izquierdista a los partidarios del socialismo y el comunismo y como de derecha, a los empresarios capitalistas.
            El comunismo fue el sistema imperante en La Unión Soviética China, Vietnam Corea y Cuba. En el año 1987 (la edición en español  fue publicado por la editorial Oveja Negra de Colombia al año siguiente), el mundo es estremecido con la aparición de un libro escrito por  Mijail Gorbachov, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista y líder de la Unión Soviética: “Perestroika Nuevo pensamiento para mi país y el mundo”. En este libro cuyo título se puede traducir como reestructuración y cuyo autor define el término como: “…una política de aceleración del programa social y económico del país y de renovación de todas las esferas de la vida.”(1988:8).  Gorbachov también nos señala: “…nosotros, en el liderazgo soviético, llegamos a la conclusión –y lo reiteramos- de que se necesita un nuevo pensamiento político. Más allá de esto, los líderes soviéticos buscan de manera  enérgica poder trasladar ese nuevo pensamiento a la acción […] En cuanto al alcance del nuevo pensamiento histórico, realmente abarca todos los problemas básicos de nuestro tiempo […] La política debe basarse en realidades…”.
En la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, cae el muro de Berlín, una pared de concreto que dividía a las dos alemanias, la oriental, comunista y la occidental, capitalista. Estos dos hechos, el proceso de reestructuración en la Unión Soviética y la caída del muro, marcan el hecho histórico  del fin del comunismo. Como un dominó, los demás países han entrado en un proceso de transformación, en la cual se ha abandonado el comunismo para adoptar un  raro híbrido, mezclando la economía de mercado y un gobierno fuerte, dictatorial. Hay que destacar la realidad cubana en la cual se le echa la culpa de las dificultades económicas al bloqueo impuesto unilateralmente por los Estados Unidos hace más de 50 años, ciertamente criticable y no justificable desde todo punto de vista, pero que no explica la existencia de un rico sector turístico  en la región de Varaderos, con un nivel de modernidad totalmente alejado del promedio de las restantes actividades económicas y de las grandes inversiones que ha realizado España en la Isla. Simplemente el fracaso del modelo comunista explica esta diferencia sectorial.
La pregunte básica es: ¿Si ha fracasado el socialismo-Comunismo como corriente política, se justifica hablar de izquierda y derecha? La respuesta es un rotundo NO, ya no hay nada que justifique hablar de izquierda o derecha cuando casi todos los gobiernos del mundo (a excepción de Venezuela) en la actualidad centran en sus esfuerzos en lograr la viabilidad de país, basado en la apertura económica, la alta tecnología y la economía del conocimiento.

Actualmente, gran parte de la discusión ideológica se basa en el grado de intervención del Estado en la Economía. Por un lado tenemos los intervencionistas, que fomentan la idea de que el sector privado no puede, por sí solo, ser el motor del desarrollo económico, por lo cual el Estado debe intervenir, para garantizar el reparto equitativo de los ingresos generados. En USA el partido demócrata, es el representante de esa tendencia. En el otro lado tenemos, a los que piensan que el Estado no debe intervenir en la economía. El partido Conservador es el ejemplo en USA. Ambos partidos engloban en su seno, diferentes grados, que van de los moderados a los radicales. En la actualidad son más las coincidencias que las diferencias en los pensamientos político-económicos.
            Hay un repunte importante en los llamados partidos verdes o ecológicos, conformando una tercera vía. Sin embargo sin importar si son intervencionistas, conservadores o verdes, por lo señalado en los párrafos anteriores, nos parece una GRAN ESTUPIDEZ, parafraseando al Dr. Emeterio Gómez, hablar en la actualidad de esos dos conceptos anacrónicos de izquierda o derecha.  

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