A finales del siglo XX, llega al poder,
mediante elecciones, el Tcnel (R) Hugo Chávez Frías. El fue electo para ejercer
la presidencia por los siguientes cinco años. Con un discurso duro y crítico
contra los partidos políticos que venían gobernando así como del régimen
capitalista, El Chavismo[1]
comenzó a transformar lentamente, pero sin pausa, las estructuras sociales y
económicas de Venezuela.
En declaraciones iniciales,
el Presidente mostraba una visión poco coherente. Se declaró nacionalista
bolivariano, seguidor del pensamiento de Mao Tse Tung, de la tercera vía de Tony
Blair, pero el 25 de febrero de 2005, en la IV Cumbre de Deuda Social,
sorprende al mundo al expresar: “Si no es
Capitalismo, entonces ¿que? Yo no tengo duda: es el socialismo”.[2]
Las bases teóricas del
socialismo del silo XXI, la podemos tomar de tres fuentes: La primera
corresponde Al árbol de las tres raíces conformadas por el proyecto político de
Simón Rodríguez (El Maestro), Simón Bolívar (El líder) y Ezequiel Zamora (El
Guerrero)
La segunda, del sociólogo
Argentino Norberto Ceresole (fallecido
en el 2003) “Nosotros estamos revisando
todo el planteamiento que hace Norberto Cresole, en sus estudios y trabajo,
donde habla de un proyecto de integración física de Sur América por dentro, con
el análisis de que los mares son los imperios…”[3]
“Yo creo estar inserto en una de esas corrientes: un nacionalismo
latinoamericano, hacia lo nuestro. Un poco el planteamiento nuestro del que
hablábamos atrás en estas mismas
conversaciones de volver a lo nuestro. Esta ofensiva neoliberal, capitalista
que podemos llamarla imperial, es para tratar de borrar, con planes muy
concretos, eliminar el ejército, la industria nacional, lo que llama el amigo
Norberto Ceresole, -a quien sacaron de aquí esposado hace un año- meter las
fuerzas armadas en la licuadora, licuar el poder nacional, económico, militar,
intelectual, científico…”[4]
La tercera, la suministra el sociólogo
y analista político alemán Heinz Dieterich, quien publicó el libro: ”Hugo
Chávez y el Socialismo del siglo XXI”, como respuesta a la convocatoria del Presidente
Chávez de “Inventar el Socialismo del
siglo xxi” o “Socialismo de la nueva era” para ayudar “…con
una propuesta constructiva, que va más allá de la mera crítica al capitalismo
global o a las interpretaciones históricas (hermeneúticas) de lo que Marx,
Engels y Lenin realmente querían decir.” [5]
Con
esta base teórica, el socialismo del Siglo XXI se sustenta sobre tres pilares:
1) La propiedad social de los factores de producción; 2) la Democracia
protagónica y participativa y 3) la teoría del valor trabajo.
La propiedad social de los factores de producción, la cual se materializa a través
de las unidades de producción Social, las cuales tienen por objeto la formación
de un sistema comunal de producción y consumo, logrando que los excedentes
generados por estas se reinviertan en obras
y actividades de interés social[6].
Por definición, Las Empresas de Producción Social (EPS) “Son unidades de producción comunal […] y tienen como objetivo
fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y
esenciales de la comunidad y su entorno, incorporando hombres y mujeres de las
misiones, privilegiando lo valores de solidaridad, cooperación,
complementariedad, reciprocidad, equidad, sustentabilidad, ante el valor de
rentabilidad o ganancia.”[7]
Se entiende por Democracia participativa y
protagónica a un aiatema Democrático marcado por la participación libre y
activa de la ciudadanía en la formulación, ejecución y control de la gestión
pública como mecanismo necesario para lograr el protagonismo que garantice el
completo desarrollo, individual y colectivo (Art. 62 Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela).
La
Teoría del Valor trabajo, no es solamente la columna en que se basa el
Socialismo del Siglo XXI, sino también del Socialismo real, que fue implementado
en varios países orientales, mostrando
su incapacidad de implementación. Esta teoría nos refiere que el valor de una
mercancía está en función del trabajo socialmente utilizado para su
elaboración, por lo tanto, dos mercancías se pueden intercambiar entre si[8],
si ambas tienen la misma cantidad de trabajo. Grandes economistas, como son Ludwing von Mises y su
obra “Socialismo” y Friedrich Hayek, con “Camino a la Servidumbre” han
demostrado la falsedad de esta teoría
Heinz Dieterich, nos indica
que el Socialismo del Silo XXI, se alanzara e tres etapas: i) La primera
consiste en la superación del Capitalismo global y es la que vive actualmente y
se caracteriza por la reconstrucción del pensamiento crítico: ii) La fase
intermedia será una donde Coexistan los elementos de la vieja sociedad
capitalista y el embrión de la nueva sociedad y, iii) La etapa final es la
sociedad sin economía de mercado, sin Estado, sin Gobierno. [9]
En términos prácticos, el
proceso de trasformación se inició con la formación de la Asamblea
Constituyente y la redacción de la Constitución de 1999.
A finales del año 2012, fallece el
principal líder y promotor de la idea del Socialismo del Siglo XXI, Hugo Rafael
Chávez Frías, por lo tanto se hace necesario realizar un corte para evaluar lo
que ha sucedido en Venezuela.
Antes de comenzar esta breve
evaluación, creemos pertinente señalar el fracaso mundial del Socalismo real. En
primer lugar “no conocemos ningún sistema
socialista que haya superado las críticas que dieron lugar al catastrófico
derrumbe de los dos mayores expermentos mundiales, el soviético y el Chino,
cuyo desenlace es un hecho reconocido amplia y generalmente.”[10] Y el caso venezolano no escapa a esta
situación:
·
Javier Corrales y Michael Penford, en su
magn´fico estudio de la economía Chavista , “ Un Dragón en el Trópico”. Demuestra contundentemente, como la
Revolución Bolivariana se a basado en una política de distrbución de ela renta
petrolera, lo cual permitió el crecimiento del Estado y la cas desaparición del
sector privado ¡Claro está! Financiado por los mayores precios de petróleo (en
términos nominales) de la historia. Igualmente caracterizan al gobierno del
Presidente Chávez como un sistema híbrido. Este se caracteriza por ser un
sistema político coexisten las prácticas democráticas y las autocráticas, En
forma más precisa, un sistema híbrido se caracteriza por:Raras veces se celebran
negociaciones entre el gobierno y las fuerzas de la oposición.
·
Seguidores incondicionales del Gobierno se
colocan en cargos oficiales del más alto nivel, tales como las cortes, de forma
que terminan debilitando el sistema de contrapesos.
·
El Estado se propone socavar activamente la
autonomía de las instituciones cívicas.
·
La Ley se aplica principalmente para penaliar
a los opositores y dfcilmente sancionar al gobierno.
·
El mandatario puede cambiar y pasar por alto
la constitución.
·
El campo electoral es disparejo y e partido gobernante
hace artimañas que sistemáticamente le son negadas a la oposición.[11]
Este sistema político
hibrido, a lo largo de 14 años, y de aproximadamente 10 de Socialismo, El Gobierno
de Hugo Chávez se caracterizó por ser:
i)
Populista y Clientelista
El populismo es un
movimiento político que utiliza al “pueblo” como fuente de inspiración y, por
lo tanto se adjudica la representación de la mayoría de la población.[12]
Los antecedentes se pueden ubicar en el populismo,
denominado por la Dra. Nelly Arenas: “Viejo Populismo”, iniciado por dos
poderosas personalidades: Getulo Vargas en Brasil y el Gral. Juan Domingo Perón
en Argentina. “Casi todas las características que han sido atribuidas a los
viejos movimientos o gobiernos de corte populista se reproducen en Chávez con
sorprendente parecido. Así, una fuerte retórica anti statu quo y una
disposición a incorporar a los grupos menos favorecidos al sistema político han
sido elementos de coincidencia entre el chavismo y el peronismo. De igual modo,
las políticas de injerencia en la economía, así como las de corte social, son
características de este sistema. Pero aquí no se agotan las semejanzas. Si
atendemos a algunos elementos, tales como la movilización popular, la dinámica
carismática de liderazgo, el programa reformista más que revolucionario y una
concepción del desarrollo en sentido autónomo y una preferencia por las
coaliciones antes que por la acción de clases al modo marxista[13].
“El gasto social
de Chávez, aunado a su ofrecimiento de impunidad discriminación en el empleo, llevó a una
transformación de su base de apoyo inicial, años atrás, en 1998, el movimiento
había ofrecido una ideología progresista: prometía librar a Venezuela del
sofoco organizacional de partidos políticos estancados y de las repetidas crisis
económicas y sociales. Esta agenda a favor del cambio, sin ser radical, atrajo
a la gran mayoría de los votantes. Pronto, sin embargo la agenda se tornó
radical. Esta movida complacía a la
extrema izquierda, pero su costo lo evidenciaba la polarización y el
alienamiento del importante segmento de votantes indecisos, quienes rechazaban
ambos extremos. Las estrategias de derroche, que permitían la corrupción, la
impunidad y la discriminación en el empleo, hizo que los grupos ambivalente no
desertaran; permitieron al chavismo aumentar el apoyo d elos votantes más allá
de lo que proporcionaban, por si solos, los grupos de la izquierda más radical”[14].
El
Clientelismo consiste en un sistema o red de relaciones de dependencia personal
que se desarrollan en la administración pública en general, así como en las
diversas estructuras del sistema político, especialmente en los partidos políticos[15].
“… El clientelismo y el gasto enfocado en la pobreza interactuaban entre
sí. De hecho al repetir dinero en efectivo, el chavismo logró la compra masiva
de votos a la vez que distribuía los ingresos del petróleo entre los más
pobres. En otros programas (barrio Adentro y Mercal), el gasto obedeció a
condiciones demográficas y criterios políticos –a saber, si el Gobernador o
Alcalde estuvieran o no a favor del Gobierno. En estos casos particulares, las
variable de pobreza no contaban con influencia alguna en la determinación de la
distribución de recursos en los estados y municipios.”[16]
ii) Nacionalista.
El nacionalismo es un
término que surgió a finales del siglo XVIII Expresa un sentimiento de apego, compromiso
e identificación con una determinada nación. Igualmente se le puede entender
como el amor al suelo, la raza, la lengua y la cultura histórica común.[17]
En Latinoamérica, el
nacionalismo ha sido utilizado como medio para aumentar el apoyo popular
entorno al mandatario. Ejemplo de ello, lo podemos ubicar en la Guerra de las
Malvinas, en donde el Gral. Leopoldo Galtieri, Presidente de facto de la República Argentina entre 1981 y 198l
que trató de apelar al sentimiento nacionalista del pueblo, para salir de los problemas
que afrontaba, para el momento, la Junta Militar
Chávez, como buen autócrata,
ha apelado al sentimiento nacionalista. Una y otra vez, mediante un discurso
reiterativo, ha llamado a la unión para combatir a la oligarquía criolla, en lo
interno y al imperialismo Yanqui, como factor externo, como causantes de
la mayoría de los problemas existentes
en el país. Igualmente, en varas ocasiones las relaciones con Colombia, con
quien compartimos una larga frontera,[18]
han estado a punto de romperse definitivamente en varias ocasiones, inclusive
con amenazas de guerra.
iii) Internacional.
El socialismo del siglo XXI, ha realizado
denodados esfuerzos para salir de la frontera nacional. La creación de La
Alternativa Bolivariana para La Américas (ALBA), Petroamérica, Petroandina,
Petrosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y más
recientemente, la entrada al UNASUR. Son ejemplo de este objetivo. Países como
Bolivia, con su presidente Evo Morales, Ecuador con Rafael Correa, Argentina,
con Cristina Kirchner, Nicaragua con el presidente Daniel Ortega y Pepe Mujica
en Uruguay, conformaron un bloque, con Chávez, como vocero principal. Llamando a
la formación de un mundo multipolar. El presidente Nicolás Maduro a continuado
con esta política.
iv) Militarista
Usualmente, el término
militarista es usado para destacar un énfasis en las consideraciones, espíritu e
ideales y escala de valores militares. Sin embargo, aquí nos referimos con
militarismo al control y proyección desmedida de los militares sobre la vida política y civil
de una Nación.
El socialismo del siglo XXI
es militarista, no, porque su principal líder haya sido un militar retirado,
sino por la cantidad de militares (activos y retirados) ejerciendo puestos
gerenciales de alto nivel en el sector publico. Por Ejemplo, en las recientes
elecciones (2012) de los 20 gobernadores electos que tiene el Chavismo, 18 son
militares. En el trabajo de José A. Rivas L.[19],
se indica como en el periodo 1998-2011, más de 50 militares, activos o en
situación de retiro, ocuparon cargos de Diputados, Ministros, Embajadores y
Presidentes de empresas públicas. El Tte. Jesse Chacón y el Tte. Diosdado
Cabello, ambos en situación de retiro, los que han tenido una participación más
activa en el gobierno
v) Culto a la personalidad.
La personalidad carismática
y la capacidad comunicacional que mostró el presidente Chávez, le permitió una
concentración de poder como nunca se había visto en Venezuela desde los tiempos
de Marcos Pérez Jiménez. Los poderes públicos estaban sometidos al designio del
mandatario, el cual actuaba más como un caudillo, sólo superado por la figura
del Libertador Simón Bolívar. La figura de Chávez se puede ubicar en cartelones
situados en cualquier calle del país. Incluso, después de muerto, el presidente
Maduro utilizó la figura del comandante (se autocalificó como hijo de Chávez),
apropiándose de unas simpatías, que por carecer de un carisma propio, no le
hubiera permitido obtener el triunfo.
iV) Gestión Pública ineficiente
Para la implementación del
socialismo del Siglo XXI, el chavismo promovió el crecimiento del Estado a través
de la implementación de controles de precios de los bienes y servicios
comercializados internamente, control del tipo de cambio, y una agresiva política
de expropiaciones y, como se señaló anteriormente un fuerte incremento en el gasto
público social financiado por PDVSA, la empresa petrolera nacional, la cual es propiedad
del Estado.
“Entre
1970 y 1980, las empresas del Estado y
los organismos vinculados al mismo se incrementaron de unos 140 a 268; y bajo
Chávez, Venezuela regresó a un tipo de estatismo similar aunque más radical de
la industrialización por sustitución de importaciones, el modelo de desarrollo
que prevalecía en la mayor parte de América Latina entre los treinta y ochenta.
El gobierno emplea un nuevo término para este modelo económico -«Desarrollo endógeno»-
pero en realidad no difiere mucho del otrora estatismo orientado hacia adentro.
Se caracterizaba por la expansión del Estado en casi todos los sectores de la
economía, por medio de nacionalizaciones, compra de empresas, expropiaciones,
subsidios directos a ciertos grupos corporativos, créditos especiales y la
expansión del gasto, al que Chávez le sumó.la regulación antagónica a los
negocios. Al igual que en el pasado, estas políticas incumplieron su promesa.
En el pasado, al contrario de lo que buscaban los planificadores económicos, a
menudo se expandían las importaciones y la industria poco se diversificaba.
Esta vez ocurrió lo mismo.”[20]
Pero, con el agravante de la escasa o nula entrada al país por concepto de inversión
extranjera.
El gobierno chavista coincidió con
una bonanza petrolera, los precios superaron los 100 US$/barril, lo que generó
una cantidad de recursos financieros que le permitieron intensificar la política
de clientelismo político. Sin embargo
estos recursos no fueron suficientes. De 2003 a 2008, PDVSA asignó US$ 23 millardos
al gasto social, lo que provocó un incremento del endeudamiento de PDVSA. A
pesar de que el gasto social pretendía beneficiar a los sectores, la corrupción
ha desviado cuantiosos recursos a bancos externos, en perjuicio de los
programas sociales. Según cifras del Banco Central de Venezuela, los activos
externos a corto plazo[21]
del sector público al cierre del primer trimestre de 2013, alcanzaron un monto
de US$. 75.923 millones.
Las empresas básicas, en
otro tiempo, la esperanza de cumplir con la solicitud de Uslar Pietri de
sembrar el petróleo, se encuentran con graves problemas que son continuamente
por sus trabajadores. Sidor, Alcasa; Bauxilum, etc. Estan en una situación tan
comprometida que el periodista Damián Prat, lo ha denominado: “El Milagro al Revés”[22].
Como se desprende de lo
comentado anteriormente, se ve bastante difícil, para no decir imposible, la
implementación del socialismo del siglo XXI, sobre todo después de la muerte de su principal líder.
El residente Nicolás Maduro,
parece tener todas las intenciones de continuar con este sistema, pero el
resultado obtenido en las elecciones donde fue elegido, un poco más del 50%,
pone en duda el futuro del Socialismo del Siglo XXI
[1] A pesar de que a lo largo
de estos últimos años, el movimiento que lideriza el presidente ha tomado
varios nombres: Movimiento Bolivariano 200 (MB-200); Movimiento V República y
Partido Socialista Unido (PSUV), es comúnmente denominado Chavismo, con lo cual
se especifica el carácter personalista de este gobernó.
[2]
Citado por el Econ. José Guerra en: ¿Qué es el socialismo del siglo XXI?
Edición del autor:16
[3]
Blanco
Muñoz, Austín (1998) Ob.Cit.:113
[5] Dieterich,
Heinz (2007( “Hugo Chávez y el Socialismo
del Siglo XXI”. Segunda edición, revisada y ampliada:1
[6] Señalado por José Guerra,
(2206). Ob. Cit.:78 ( “Acuerdo Marco de Promoción, Estímulo y Desarrollo de las
Empresas de Producción Social (EPS)”, suscrito por el Ministerio de Industrias
Básicas y Minería, la CVG y las Empresas Básicas).
[7] Guerra, José (2006). Ob.Cit.:
78
[8]
El socialismo del siglo xxi, propone a consecuencia de esta teoría, la
elminación del Dinero y la implementación del rueque como sistema deintercambio
comercial.
[9]
Guerra, José. Ob. CIt.:53
[10] Ross, Maxm,(2008)”¿Capitalismo Salvaje o
Estado Depredador?” Editorial Alfa.:55
[12] Romero, María
Teresa y Anibal Romero (2005) “Diccionario de Política”. Panapo:193
[16] Corrales, Javier y
Michael Penfold (2012)Ob.Cit.:68
[18] 2.219 Kms
[19]
Rivas Leone, José Antonio (2007)
“La experiencia populista y militarista en la Venezuela contemporánea” WP núm. 307 . Institut de Ciències
Polítiques i Socials. Barcelona:19
[22] Prat, Damián (2012) “Guayana:
el Milagro al Revés” Editorial Alfa.:15
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