La semana pasada, en la estación
del Metro “Capitolio”, en una de sus salidas me topé con una venta de libros
editados, conjuntamente por la Alcaldía de Caracas y el Gobierno del Distrito
Capital. Revisando la oferta de libros que se presentaban sobre un mesón, me
encontré un folleto escrito por el filósofo venezolano “Ludovico Silva”, nombre
con que se conoce a: “Luis José Silva Michelena”.
El título, enseguida me llamó la
atención: “Teoría del socialismo”. Ludovico un conocido intelectual “Marxista”,
que yo lamentablemente nunca había podido leer, me suministró un gran rato de
lectura. Me mostró una pluma inteligente y muy amena, la cual pude disfrutar ya
que tengo alguna preparación en el tema. De lo anterior se desprende mi primera
observación a los responsables de la política editorial del gobierno: Esta no
es una lectura destinada al pueblo chavista, a pesar del precio del mismo
(Bs.20), accesible al pueblo.
En mi caso, cada vez me convenzo en
la inutilidad e inoperancia del socialismo como régimen político-económico, y
después de leer a Ludovico Silva, se me reforzó esta impresión. Yo no sé si los
responsables de esta edición lo leyeron (yo no lo creo), pero este libro es una
dura crítica al socialismo, en sus páginas se pueden leer algunas sentencias como: “…Marx
nunca pretendió que el socialismo fuese ese colectivismo en que han caído las
sociedades socialistas actuales. Ese colectivismo, que aspira a una
robotización de la vida humana y que castra la individualidad en nombre de la
sociedad no tiene nada que ver con el humanismo marxista. (2011:70)
Ludovico Silva (1937-1988), fue: “…filósofo,
poeta y profesor universitario. Estudió dos años Filosofía y Letras en Madrid,
un año de Literatura Francesa en la Sorbona y otro de Filología Románica en
Alemania. En 1960 dirigió y produjo el programa radial La Palabra Libre. En
1969 egresó Summa Cum Laude de la Escuela de Filosofía de la Universidad
Central de Venezuela. Entre los años 1964 y 1968 fue Secretario General del
Ateneo de Caracas y participó en la fundación como miembro del comité de
redacción de la revista Papeles. Colaboró en el periódico Clarín y en la
revista literaria Cal. Junto a Otero Silva fundó la revista Lamigal. En la
década de 1980 mantuvo una columna en el
diario El Nacional titulada «Belvedere». Desde 1970 ejerció la docencia en la
escuela e Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, actividad que
compartió con la creación literaria y filosófica” (información tomada de la
solapa del libro).
Continuando con el tema, Ludovico,
nos señala: “Es corriente oír la opinión
de filósofos y científicos del área capitalista, de que la predicción de Marx,
según la cual la sociedad socialista habría de surgir del desgarramiento de la
sociedad capitalista altamente desarrollada, consiste en una falsa predicción.
Para afirmarlo, se basan en dos hechos. En primer término, el socialismo hoy
existente no surgió de sociedades capitalistas altamente desarrolladas. Desde
la revolución rusa hasta la revolución cubana, los movimientos socialistas triunfantes
han partido de condiciones de subdesarrollo o infradesarrollo capitalista. La
segunda objeción es la que afirma que las presuntas «contradicciones» del
capitalista no han estallado en absoluto, y que el capitalismo está hoy más
fuerte que nunca, ha solucionado mucho de sus problemas de alienación a través
de cosas como el Welfare State o Estado del bienestar […] Yo pienso que todas
estas posiciones están equivocadas. Creo, en lo que respecta a la primera, que
se basa en una interpretación errónea del pensamiento de Marx y en una
confusión acerca de lo que significa el término «sociedad socialista». En lo
que respecta a lo segundo, según la cual el capitalismo encuentra
constantemente y hasta el infinito nuevas «energías morfogenéticas» (para
decirlo con términos de Spengler), es sencillamente una tesis ideológica
carente de base científica y destinada a
justificar el sistema y a consagrarlo como algo «eterno» y «natural» perteneciente a la condición humana.” (2011:53-54)
“La
Teoría del Socialismo”, es una
interesante lectura para personas con conocimiento previo del problema. Esto
refleja, a mi entender, una política desordenada y sin un criterio bien
definido, motivo por el cual, cualquier libro en el que aparece escrita la
palabra socialismo, es objeto de impresión, sin importar si este es una crítica
o revisión de la misma (dudamos que esta haya sido la intención de su
publicación). Aunque me entusiasma la idea de la producción masiva de libros a
precios bajos, esta puede perder eficacia si no se definen bien los parámetros de
edición.