El segundo semestre de este año se inicia con otra Venezuela, si, el país ha cambiado notablemente con la enfermedad del presidente constitucional (sirva la oportunidad para desearle una pronta recuperación). Esto es un claro ejemplo de porque la planificación centralizada, principal herramienta del socialismo, es imposible de aplicar. Ninguna planificación por muy perfecta que sea, pudo prever esta situación.
Toda la economía pudiera entrar en el congelador. Las inversiones previstas pudieran posponerse, para ver que pasará con el único líder del actual gobierno y con su partido oficial, el PSUV.
Se complicó el panorama, la imagen de los dirigentes oficialista es de gol en contra, por mucho que lo quieran ocultar, y si, le mintieron a la Nación. En una mala estrategia, ocultaron la verdad. La pérdida de credibilidad fue muy grande. ¿Quién nos asegura, de ahora en adelante que no es mentira todo lo que digan. Ellos solitos se complicaron la vida. Quedarán muchas metas sin alcanzar: plan vivienda, sistema eléctrico nacional, etc.
Por esto es difícil que la economía crezca este año, por mucho efecto rebote que algunos esperan. Venezuela es otra.
Todo dependerá de la percepción que tenga el país sobre las energías del presidente, que como todo ser humano tendrá que sentirse muy mal. Sobre todo ante un tratamiento médico que tiene devastadores efectos secundarios. El tiene que descansar, no creo que pueda aguantar una campaña tan larga, faltan 18 meses aproximadamente, para las elecciones.
Si el hombre no puede, y ante la inexistencia de un líder de igual carisma en el partido de gobierno, es de esperarse un incremento en el gasto público tendiente a financiar la publicidad que permita compensar la debilidad física del presidente. Aumento del gasto con un mínimo o nulo crecimiento económico, es igual a presiones inflacionarias, por lo tanto, se deben ajustar las metas de inflación.
La forma con que el gobierno ha venido combatiendo la inflación, la importación de productos, seguirá siendo la herramienta de política económica que más se utilizará, claro todo depende del precio del petróleo. Esto traerá como consecuencia una disminución del superávit comercial de la balanza de pagos. Debe esperarse que se mantenga la salida de capitales, quizás con un leve aumento, lo cual generará un déficit global con la consecuente pérdida de reservas internacionales.
Como se puede ver, lo que queda de año no se ve muy bien, insisto, el presidente debe tener su reposo, lo cual afectará inevitablemente a la economía. Cuando se recupere, como se espera, ya será otro cantar.
El segundo semestre de este año se inicia con otra Venezuela, si, el país ha cambiado notablemente con la enfermedad del presidente constitucional (sirva la oportunidad para desearle una pronta recuperación). Esto es un claro ejemplo de porque la planificación centralizada, principal herramienta del socialismo, es imposible de aplicar. Ninguna planificación por muy perfecta que sea, pudo prever esta situación.
Toda la economía pudiera entrar en el congelador. Las inversiones previstas pudieran posponerse, para ver que pasará con el único líder del actual gobierno y con su partido oficial, el PSUV.
Se complicó el panorama, la imagen de los dirigentes oficialista es de gol en contra, por mucho que lo quieran ocultar, y si, le mintieron a la Nación. En una mala estrategia, ocultaron la verdad. La pérdida de credibilidad fue muy grande. ¿Quién nos asegura, de ahora en adelante que no es mentira todo lo que digan. Ellos solitos se complicaron la vida. Quedarán muchas metas sin alcanzar: plan vivienda, sistema eléctrico nacional, etc.
Por esto es difícil que la economía crezca este año, por mucho efecto rebote que algunos esperan. Venezuela es otra.
Todo dependerá de la percepción que tenga el país sobre las energías del presidente, que como todo ser humano tendrá que sentirse muy mal. Sobre todo ante un tratamiento médico que tiene devastadores efectos secundarios. El tiene que descansar, no creo que pueda aguantar una campaña tan larga, faltan 18 meses aproximadamente, para las elecciones.
Si el hombre no puede, y ante la inexistencia de un líder de igual carisma en el partido de gobierno, es de esperarse un incremento en el gasto público tendiente a financiar la publicidad que permita compensar la debilidad física del presidente. Aumento del gasto con un mínimo o nulo crecimiento económico, es igual a presiones inflacionarias, por lo tanto, se deben ajustar las metas de inflación.
La forma con que el gobierno ha venido combatiendo la inflación, la importación de productos, seguirá siendo la herramienta de política económica que más se utilizará, claro todo depende del precio del petróleo. Esto traerá como consecuencia una disminución del superávit comercial de la balanza de pagos. Debe esperarse que se mantenga la salida de capitales, quizás con un leve aumento, lo cual generará un déficit global con la consecuente pérdida de reservas internacionales.
Como se puede ver, lo que queda de año no se ve muy bien, insisto, el presidente debe tener su reposo, lo cual afectará inevitablemente a la economía. Cuando se recupere, como se espera, ya será otro cantar.