martes, 24 de febrero de 2015

¿SE AGOTÓ EL MODELO?

Desde inicios del siglo XX, el petróleo ha formado parte vital del sistema económico venezolano, La economía se basó en el modelo denominado “rentismo petrolero” o “capitalismo rentístico”, con el cual nos acostumbramos a vivir de un ingreso producto de la venta de un producto que no producimos sino que extraemos del subsuelo venezolano y que es propiedad del Estado.
            Este modelo trajo muchas deviaciones a la economía nacional: corrupción, desigualdad en el ingreso, un sector privado dependiente de las dádivas del gobierno de turno, inflación, etc. Lo que permitió que en el año 1989 el comandante Hugo Chávez alcanzara la presidencia de Venezuela, quien promueve una Reforma constitucional para refundar la República y conducirla a un modelo “Socialista del siglo XXI”. El economista  Víctor Alvarez (Ex-ministro de Industrias Básicas y Minería), lo denomina “Neo-rentismo socialista” y lo caracteriza por el uso intensivo de la renta petrolera para financiar la inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo social. Muchos economistas también lo denominan “Neo-populismo”. Al igual que el capitalismo rentístico, el Neo-rentismo socialista se sustenta en el extraordinario poder político, económico y social que confiere el control de la renta petrolera.
            Este modelo ha reproducido y hasta cierto punto ha magnificado los problemas generados por el capitalismo rentístico: El aparato productivo está paralizado, lo que se traduce en una severa escasez de productos en el mercado de bienes, un aumento de precios superior a 60%, un crecimiento de la burocracia, una moneda fuertemente apreciada que fomenta las importaciones y la especulación, un sistema cambiario que no permite La adquisición oportuna de divisas y permite el aumento de la brecha entre el tipo de cambio controlado y el paralelo. Estimulando la sobrefacturación y corrupción
Estos síntomas pudieron ser atenuados por la renta petrolera, pero la caída de los precios del petróleo en 50% aproximadamente, han puesto al desnudo a un sistema económico que no da para más, y, al igual a su predecesor, el capitalismo rentístico, muestra síntomas de evidente agotamiento. Se hace necesario tomar medidas urgentes, sobre todo la revisión del modelo económico. Como dijo Arturo Uslar Pietri en su época: “Debemos abandonar de una vez por todas la dependencia que tenemos a la renta petrolera urge crear sólidamente en Venezuela una economía reproductiva y progresiva. Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia”.


martes, 10 de febrero de 2015

SALIDA DE LA CRISIS

¿Venezuela puede salir de la crisis? Algunos piensan que la repuesta es afirmativa, pero condicionada a que el gobierno, adopte una serie de medidas de carácter integral, que comienzan con el diagnóstico correcto del problema: Una creciente deuda externa pública, una moneda altamente apreciada, un gasto fiscal desbocado, Una severa inflación con una pronunciada escasez de productos y una merma sustancial en la producción de bienes y servicios.
¿Venezuela cuenta con las armas necesarias para revertir esta situación? Muchos analistas piensan que sí, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias para cambiar esta situación.
En días pasados, 60 economistas,  sacaron al debate público un documento (http://prodavinci.com/2015/01/22/actualidad/60-economistas-se-pronuncian-sobre-la-crisis-economica-en-venezuela-monitorprodavinci/), en el cual advierten sobre la grave crisis que vivimos y hacen una serie de recomendaciones, entre las cuales se señalan:
1)      Establecer un nuevo proceso presupuestario ordenado, con el objetivo de reducir el déficit del sector público. Este último debe apuntar a no exceder del 4% del PIB en un plazo de dos años; y en un año de aguda caída del ingreso petrolero se debe establecer una meta transitoria más alta, aunque acorde con un programa macroeconómico y financiero de acciones coordinadas.
2)      Rescatar la autonomía del Banco Central de Venezuela, con el nombramiento de un Directorio independiente.
3)      La Ejecución inmediata de un plan de reorganización y saneamiento financiero de PDVSA, dentro del contexto de un nuevo plan económico, para iniciar la recuperación y elevación de la capacidad de exploración, producción y exportación de petróleo y productos derivados. Operaciones de pasivos que permitan mejorar y reducir el perfil de vencimientos de  la deuda externa de la República y PDVSA, además de revisar o suspender otras facilidades crediticias recibidas o provistas a otros países, dentro de un plan de reformas y nueva política económica. Según el economista Francisco Rodríguez (Fue director de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional (2000-2004). Actualmente forma parte del equipo de análisis de entorno para América Latina en Bank of America Merrill Lynch) El país cuenta con 70 millones de US$ en activos externos, que le dan capacidad negociadora, para enfrentarse con la banca internacional, complacer el servicio de la deuda y quizás obtener recursos frescos que nos permita reforzar las reservas internacionales
4)      Desmontar el régimen de control de cambio, como objetivo central dentro del plan económico – fiscal, monetario, financiero – para lo cual es fundamental crear las condiciones económicas y sociales para mejorar la producción, distribución y comercio de bienes y servicios. Esta es una tarea compleja que exige fortalecer las reservas internacionales y coordinar con el sector privado para un proceso gradual de desmontaje de los controles de cambio y de precios, hasta llegar a una situación de estabilidad, en un plazo a establecer, donde los mercados puedan volver a operar, en un mejor ambiente económico con una tasa de inflación disminuyendo rápidamente. Debemos llegar a disponer de un mercado cambiario funcional sin las generalizadas prácticas de corrupción para aprovechar los diferenciales cambiarios. La coordinación entre Gobierno Central, PDVSA y BCV es esencial para el éxito de este proceso de transición a un nuevo régimen cambiario.
5)      Diseñar políticas sectoriales en el contexto de los cambios de la política económica y petrolera del país, para así estimular la recuperación económica y mayor productividad laboral en los sector agrícola, manufacturero, minero, construcción, turismo. Los trabajadores venezolanos se beneficiarán directamente de la recuperación sólida de los sectores económicos ahora deprimidos, con más bajas tasas de inflación, mejores salarios reales y generación de nuevos empleos. El capital privado venezolano, que ahora invierte en varios países de las Américas podrá volver a ver a Venezuela y ayudar mucho a elevar la inversión privada y las reservas internacionales, al percibir al país como una economía en vías de estabilizarse y prosperar. Se deben continuar con las obras de infraestructura que estén en marcha; y con apoyo de organismo multilaterales avanzar en la modernización de la infraestructura física y de servicios públicos.
Estas son propuestas que velen la pena estudiar y debatir ya que solo el consenso y el compromiso de los agentes económicos permitirán la salida a la crisis.