El 17 de octubre de 1938 los doctores Arturo Uslar Pietri, J.J. González Gorrondona, Tito Gutiérrez Alfaro y José Manuel Hernández Ron dirigieron una comunicación al Rector de la Universidad de la Universidad Central de Venezuela sugiriendo la creación de la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales. El 28 de octubre se acuerda su creación y luego de la anuencia del Ejecutivo se inauguró la cátedra solemnemente el 17 de noviembre de ese año. En conmemoración a esas fechas se celebran respectivamente: la creación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Central de Venezuela, la fundación de la Escuela de Economía de la UCV y el Día del Economista.
Por lo tanto se están celebrando 70 años del inicio de los estudios formales de economía en el país aunque, el respetado historiador, economista Carmelo Paiva Palacios nos señala que la Ciencia Económica se introduce como materia formativa el 27 de junio de 1827, cuando el Libertador Simón Bolívar decreta los estatutos de la Universidad de Caracas.
En la actualidad se están viviendo momentos de cambio en la economía venezolana que exigen como nunca y ponen a prueba constantemente la pericia de los economistas venezolanos. Hace un par de años, en la celebración del día del Economista el profesor Domingo F. Maza Zavala expresaba:” El éxito o el fracaso de una generación, lo he dicho siempre, se mide porque al madurar, al llegar a esa etapa que se supone de serenidad y de experiencia, el país en que se ha vivido sea mejor que el país en que nacimos. Si cuando ustedes lleguen a la madurez sigue siendo este país adolorido, este país sumergido en la insuficiencia, este país desequilibrado y en gran parte enfermo, ustedes habrían también fracasado como generación y hago votos porque ello no ocurra…”.
Palabras muy duras expresadas por una de las voces más autorizadas del país, que por lo menos en mi persona causaron mucho impacto. El posible fracaso de toda una generación de economistas, no es un tema que se pueda ignorar. ¿Será posible que se pueda evitar? ¿estamos lo suficientemente capacitados para evitarlo? ¿la universidad está suministrando las suficientes herramientas para que las nuevas generaciones no fracasen?. Me hago estas preguntas y soy pesimista con las posibles respuestas.
Cada día observo con mucha preocupación, como la carrera de economía se está alejando de la realidad, fenómeno que podemos comprobar con el alejamiento que está sintiendo el hombre común de nosotros los economistas. Vemos como en nuestras exposiciones y trabajos de investigación cada vez hablamos menos de pobreza, distribución del ingreso, del hombre, la familia, la empresa y cada vez hablamos más de coeficientes, varianzas, significancia estadística y demás términos propios de la estadística y la matemática, trayendo como consecuencia que nadie nos entiende. En los pensum de estudios se le está dando mayor énfasis a la matemática que a la propia teoría económica. En varias escuelas el estudiantado desconoce el pensamiento económico venezolano y hombres como Alberto Adriani, uno de los grandes valores de la economía venezolana, son totalmente descocidos.
Este fenómeno está siendo criticado incluso en Estados Unidos, por ejemplo el prof. Burton Burkiel en el prólogo de libro “la economía al desnudo” de Charles Wheelan, expresa:”La imagen deslucida de los economistas se debe, en gran parte, a su tendencia a escribir con poca claridad, a la utilización de diagramas a menudo indescifrables y al uso excesivo de las matemáticas. Además, con frecuencia no son capaces de reconocer que no saben algo”-
Es duro decirlo, pero no estamos dando las respuestas que el país necesita, hay que rectificar. Sé que no soy el único con esta preocupación. En la actualidad, se encuentran al frente de las distintas escuelas de economía del país, destacados economistas consientes de esta situación y que han iniciado la revisión y discusión de los pensum de estudios.
A los 70 años de la creación de los estudios formales de la Ciencia Económica en Venezuela, esperamos que se hagan realidad los votos del profesor Maza y las actuales y futuras generaciones de economistas venezolanos no fracasen.