domingo, 29 de julio de 2012

LA ARITMETICA DE LOS ALIMENTOS



“I SAID that population, when unchecked, increased in a geometrical ratio, and subsistence for man in an arithmetical ratio”.

Thomas Robert Malthus
An Essay on the Principle of Population.
 

En el año 1798, se publica un libro, cuyo simple título “Ensayo sobre el principio de la población” , que llegó con el paso del tiempo, a representar el pensamiento económico pesimista sobre la posible consecuencia de la sobrepoblación mundial.

Thomas Robert Malthus, su autor, nació el 14 de febrero de 1766, en Inglaterra, hijo de un terrateniente d ideas liberales, Malthus fue educado según los principios pedagógicos de Jean-Jacques Rousseau, de quien su padre era íntimo amigo. Completó sus estudios en el Jesus College de Cambridge. Después de graduarse en filosofía y teología, fue ordenado pastor anglicano y estuvo durante un tiempo al frente de la parroquia de Albury.

En el año 1796, Malthus escribió un ensayo titulado “The crisis”, donde plasma sus primeras ideas sobre el problema poblacional. En este primer escrito defendió la relación entre un Estado fuerte y la felicidad de la población. Esta idea fue cambiando hasta que comenzó a dudar de la eficiencia de las instituciones públicas. Dos años más tarde, publica la obra por la cual se le reconoce.

Malthus escribe: “La población, cuando no se le pone obstáculos, se duplica cada veinticinco años, esto es aumenta en progresión geométrica. Teniendo en cuenta el estado actual de la tierra, los medios de subsistencia, aún bajo las circunstancias más favorables, la actividad humana, no pueden hacerse aumentar con mayor rapidez de la que supone una progresión aritmética.”. Idea que en pocas páginas posteriores, en forma más concreta, escribe “la población, cuando no se controla, aumenta en una progresión geométrica, y de subsistencia para el hombre en una proporción progresión aritmética” (fondo de Cultura Económica. 1951). Situación que debe condenar a la humanidad al hambre y la pobreza.

La solución a este problema, según Malthus, es la propia de los seres racionales, la sumisión a la ley moral o “Moral Restraint”.

Aunque menos conocida, pero de igual importancia, Malthus publica en el año 1820  “Principios de Economía Política” (editado en español por el Fondo de Cultura Económica), en donde analiza la crisis de 1815-1816 en Gran Bretaña y sistematiza su pensamiento económico.

Entre las ideas presentadas en el texto hay que destacar la de que la crisis comienza con una insuficiencia de demanda, lo que lo conlleva a ser el primero en estudiar el problema del “paro” y presentar una teoría al respecto.  Así, critico la ley de los mercados de J. B. Say, según la cual toda oferta genera su propia demanda. Esta ley afirma que los problemas de la oferta (costes) son la razón fundamental de las crisis económicas. Al contrario, Malthus explico que el problema fundamental de la economía es la carencia de la demanda efectiva.

El pensamiento malthusiano es de tal importancia, que otro autor de la relevancia en el pensamiento económico liberal clásico, como es David Ricardo, le dedica todo el capítulo XXXII de su libro “Principios de Economía Política y Tributación” a analizar opiniones  de Mr. Malthus acerca del problema de la tierra”.

Thomas Robert Malthus en el año 1805 fue nombrado profesor de economía en una nueva institución universitaria, Haileybury, fundada por la Compañía de las Indias Orientales, destinada a formar a los funcionarios que después servirían a Inglaterra en destinos de ultramar. Muere el 23 de diciembre de 1834 a los 68 años de edad.
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lunes, 23 de julio de 2012

LA MANO INVISIBLE



Pero si el ingreso anual de la sociedad es prácticamente igual al valor de cambio del total del producto anual de sus actividades económicas, o mejor dicho, se identifica con el mismo. Ahora bien, como cualquier individuo pone su empeño en emplear su capital en sostener la industria doméstica, y dirigirla a la consecución del producto que rinde más valor, resulta que cada uno de ellos colabora de manera necesaria en la obtención del ingreso anual máximo para la sociedad. Ninguno se propone, por lo general, promover el interés público, ni sabe hasta que punto lo promueve. Cuando prefiere la actividad económica de su país a la extranjera, únicamente considera su seguridad, y cuando dirige la primera de tal forma que su producto represente el mayor valor posible. Solo piensa en su ganancia propia; pero en este como en otros muchos casos, es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entraba en sus intenciones. Más ni implica mal alguno para la sociedad que tal fin no entre a formar parte de sus propósitos, pues al perseguir su propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva que si esto entrara en sus designios. No son muchas las cosas buenas que vemos ejecutadas por aquellos que presumen de servir sólo al interés público.  […] Cual sea la especie de actividad doméstica en que pueda invertir su capital, y cuyo producto sea probablemente de más valor, es un asunto que juzgará mejor el individuo interesado en cada caso particular, que no el legislador o el Hombre de Estado.”

Adam Smith.

La extensa cita que inicia este artículo. Es uno de los párrafos más citados en la historia económica mundial, ya que, a favor o en contra, se le atribuye como la esencia del pensamiento económico liberal. No creemos equivocarnos al pensar y afirmar, que aunque muchos la mencionan en sus críticas o alabanzas, pocos son los que la han leído. Por tal motivo la hemos transcrito, lo más extenso posible (dado las limitaciones del espacio) para que todos la puedan leer y sacar sus propias conclusiones.

Esta alegoría, de la mano invisible aparece por primera vez en  un libro que marca un hito, un antes y un después, ya que formalmente aparece en el acta de nacimiento de la “Ciencia Económica”, como rama del saber humano y como materia de estudio y de polémica.

En el año 1776, el mundo académico ve la publicación de: “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations” (“Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de la Naciones”. La cita fue tomada de la edición en español, publicada por el Fondo de Cultura Económico. México, 1982. P.402. Traducción de Gabriel Franco de la Univ. De Puerto Rico) escrito por el Filósofo y Académico escoses, Adam Smith, quien a partir de la publicación de este libro, se le atribuye la paternidad de los estudios económicos.

Smith nació en  Kirkaldy, pueblo de la costa escocesa, en 1723. A lo largo de su importante carrera académica, Smith ejerce las funciones de profesor de filosofía moral, de cuyo estudio y reflexión sale la obra que para muchos, es el inicio de la idea de la libertades individuales: “Teoría de los sentimientos morales” (1759). Smith se relacionó con lo más granado de la intelectualidad europea de la época. Fue amigo y colaborador del otro gran filósofo escoses: David Hume (1711-1776). Fue admirador del gran filósofo francés: Voltaire (1694-1779), con quien se reunió en variadas ocasiones en la ciudad de Ginebra. Se sabe que “la Riqueza de las Naciones” (como usualmente se le conoce por lo largo del título) inicialmente se la dedicaría  a Quesnay, el fundador de la escuela Fisiocrática, pero la muerte de este último malogró a intención de Smith.

Entre los cargos académicos, podemos mencionar: miembro de la Literaty Society of Glasgow; presidente de la  Philosophical Society de Edinburgo; rector de la Universidad de Glasgow en 1787 y releecto en 1789. Fue nombrado director de Aduana de Edimburgo en 1778, puesto que desempeñó hasta su muerte el 17 de julio de 1790 a causa de una enfermedad, viviendo con su madre y su prima, en Edimburgo.

El periodista Max Lerner (1902-1992), en la introducción del el libro editado en inglés, en 1937 afirma que La Riqueza de la Naciones constituye una extraña mezcla de economía, filosofía, historia, teoría política, programa de acción; un libro escrito por un hombre de vasta cultura y sutil perspicacia.  En fin, es un libro que hay que leer.

lunes, 16 de julio de 2012

EL LIBERALISMO ECONOMICO CLÁSICO


El término “clásico”, fue utilizado por primera vez por el filósofo y economista prusiano: Karl Marx (1818 – 1883), para agrupar a los economistas que dieron origen al análisis económico formal. Más tarde, algunos autores incluyeron a Marx en este grupo, sin embargo, el pensamiento de este es tan diferente al de los anteriores, que preferimos no incluirlo o ampliar el adjetivo a liberalismo económico clásico”.

El profesor Xavier Scheifler Amézaga, en su libro: “Historia del pensamiento económico” (editorial Trillas.2006) nos señala que “… El liberalismo económico es un verdadero sistema económico…” porque partiendo de un análisis general se llegan a formular leyes y a la integración de las mismas en un todo de gran coherencia.

Es importante señalar, de acuerdo al Prof. Scheifler, que no es lo mismo hablar de “liberalismo económico” y de “capitalismo liberal”. El primero identifica al cuerpo teórico ideal, y el segundo a la realidad, que siempre esta por debajo de las expectativas teóricas y que por ende trae consecuencias negativas no deseadas y que para los economistas liberales, estos no son causados por  el liberalismo en si, sino por la no aplicación del modelo en su totalidad.

La estructura en que se sostiene el liberalismo económico se fundamenta en dos tipos: jurídicos y económicos. Entre los jurídicos podemos mencionar: 1) Derecho de propiedad del sector privado sobre los medios de producción; 2) Libertad de competencia; 3) libertad de producción; 3) libertad de comercio; 4) libertad de trabajo; 5) libertad de mercado y; 6) libertad de consumo.

Entre las estructuras económicas, se encuentran: 1) Economía de mercado; 2) Competencia ideal o perfecta y 3) Perfecta movilidad de los factores de producción.
  
Entre los que se consideran los más importantes economistas liberales clásicos, podemos mencionar, por su contribución a la teoría económica a:

1) William Petty (1623–1687) filósofo, médico, economista y estadístico inglés. Es mejor conocido por sus escritos de historia económica y estadística previos al trabajo de Adam Smith. Sus trabajos más famosos son los de tipo demográfico, Aritmética política y títulos similares, en los se trata del primer intento de entender las relaciones entre la población y la economía. Fue creador del término: “ pleno empleo”.

2) Adam Smith  (1723-1790), Filósofo y economista escoses, quien es considerado el padre de la economía con la publicación en el año 1776 de su libro “Investigación sobre la nauraleza y causa de la riqueza de las naciones”.

3) Thomas Malthus (1766-1834). Clérigo anglicano y erudito británico. Tenía una concepción muy negativa sobre el futuro de la humanidad al plantear de que no existía un crecimiento equitativo entre la población y la cantidad de alimentos que esta requería (usted debe haber escuchado la máxima de que los  alimentos crecen aritméticamente mientras la población exponencialmente). Su obra fundamental fue publicada en el año  1798, bajo el nombre de: “An Essay on the Principle of Population” (Un Ensayo sobre el Principio de la Población).
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4) Jean-baptiste say (1767-1832). Economista francés. En el año 1804, se publicó su contribución con el nombre de “Tratado de Economía Política”.

5) David Ricardo (1772-1823) Economista y hombre de negocios d bastante éxito, es considerado junto a Adam Smith uno de los grandes pensadores liberales su obra  apareció en el año 1817 bajo el nombre de: “Principios de economía política y tributación”.

6) Claude Frédéric Bastiat (1801–1850) escritor, legislador y economista francés, con una extensa obra escrita es considerado uno de los mejores divulgadores del liberalismo de la historia. Fue parte de la Escuela liberal francesa. Y finalmente

7) John Stuart Mill (1806 —1873). Filósofo, político y economista inglés, de una extensa obra que toca aspectos como la lógica (1843), principios de economía política (1844), sobre la libertad (1959), el utilitarismo (1863) y el sometimiento de la mujer (1869).

En próximas entregas veremos con un poco más de detalle a estos 7 autores, que marcaron un camino que transita una buena parte del mundo occidental moderno,


domingo, 8 de julio de 2012

LOS FISIÓCRATAS



Pero con todas sus imperfecciones, este sistema es probablemente es la aproximación más cercana a la verdad dentro de lo que se ha publicado sobre economía política” (Adam Smith)

En el año 1758 se publica en libro con el título de: “Tableau Économique” escrito por un médico, cirujano de la corte francesa, de François Quesnay (1694 – 1774)  y en cuyas páginas se describe un modelo para la economía de las naciones según el cual la sociedad se divide en tres clases: propietarios de la tierra (aristócratas, alto clero), trabajadores estériles (artesanos, mercaderes), y trabajadores productivos (agricultores, ganaderos, pescadores). Este modelo prevé un flujo de mercancías con un esquema basado en la circulación sanguínea. Se trata de un equilibrio económico estacionario, cerrado, en el cual no existe distinción entre factores productivos y bienes producidos.
El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir "gobierno de la naturaleza", al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de que sólo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas denominaron de estériles a las actividades como la manufactura o el comercio donde la producción solo sería suficiente para reponer los insumos utilizados.
A los fisiócratas no les convence el enfoque monetarista del mercantilismo. Inaugurando una tésis constante  en la escuela liberal, para los fisiócratas, el dinero y su acumulación no constituían riqueza. La acumulación de metales preciosos, en lugar de aumentar la riqueza, creaba o propagaba el aumento de los precios (Maxím Ross.1992). El dinero se considera solamente como un medio de cambio.  
Según el economista Joseph Schumpeter, la doctrina fisiocrática, fue enseñada a lo largo de todo el siglo XIX (y el siglo XX), incondicionalmente o con algunos matices, con el nombre de “doctrina del máximo en competencia perfecta” y se fundamentaba en que la satisfacción máxima de las necesidades por todos los miembros de la sociedad globalmente considerados se obtendrá si, si en condiciones de competencia perfecta, cada cual puede actuar libremente según su interés individual.
Como se desprende del párrafo anterior, se puede considerar a la fisiocracia como la que inicia el pensamiento económico liberal, siendo su principal y el más conocido principio: ““laissez-faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar).  
Adam Smith, en su libro “La riqueza de las naciones” (1776), critica algunos aspectos del pensamiento fisiocrático, como son: presentar a los artesanos, industriales y comerciantes como absolutamente improductivos; no es correcto identificar a los manufactureros y mercaderes con los sirvientes domésticos; la afirmación a su entender inadecuada que el trabajo de los artesanos, industriales y comerciantes no expande el ingreso real de la sociedad;  la consideración de que la el trabajo de la tierra es el único productico le parece muy limitativo. Pero a pesar de estas críticas, Smith comenta: “… al declarar que la perfecta libertad es el único método eficaz para hacer que esta reproducción anual resulte la máxima posible, su doctrina es en todo respecto es tan acertada como es generosa y liberal…”
Luego de Quesnay, surgieron otros autores pertenecientes a la fisiocracia, entre los cuales se destaca Víctor de Mirabeau. También pertenecen a la fisiocracia los autores Mercier de la Rivière (1720 - 1794), Dupont de Nemours (1739 – 1810), el Abate Baudeau y Vincent de Gournay (1712 – 1759), a quien,  se le atribuye la conocida frase “laissez-faire, laissez passer”.

lunes, 2 de julio de 2012

EL MERCANTILISMO



“Que la riqueza consiste en dinero, o en oro y plata, es una idea popular, derivada de las dos distintas funciones del dinero, como instrumento de comercio y como medida de valor […] Un país se supone que es generalmente rico, de la misma manera que una persona, cuando abunda en dinero, y el atesorar oro y plata se considera el camino más corto para enriquecerse…” (Adam Smith. Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.1982:378)

A partir del siglo XVI, en el mundo se desató una verdadera guerra por el dominio de los mares: portugueses, españoles, holandeses e ingleses, lucharon por ampliar sus mercados. Bajo el dominio de unos Estados poderosos, Compañías comerciales y aventureros, piratas y corsarios, se adentraban en aguas desconocidos con el único fin de hacerse ricos.

Esta era comercial produjo grandes adelantos e inventos en el sector del transporte y grandes descubrimientos territoriales. Cristóbal Colón consiguió un financiamiento de la corona española para una expedición para  encontrar una nueva ruta comercial hacia la india.

A pesar de esta inmensa actividad comercial, no se puede afirmar que estuvo amparado por una doctrina económica, pero si podemos decir que había una forma de pensar más o menos uniforme con una serie de principios básicos, los cuales fueron planteados por  Thomas Mun (1571-1641), Director  (1615) de la británica Compañía de las Indias Orientales (East India Company), en su libro “Discourse of Trade from England unto the East Indies” (Discurso del Comercio de Inglaterra hacia las Indias Orientales, 1621).

El Mercantilismo, nombre con que se conoce a esta escuela del pensamiento económico que influyó sobre Europa alrededor de 200 años, de 1550 a 1750, (Jorge Rojas R. 2004)  en forma muy global nos señala que la única fuente de riqueza para las naciones, son los metales preciosos: oro y plata, por lo tanto un país se hace más rico cuando posee mayores cantidades de esos metales en sus reservas. La forma de incrementar las reservas es a través de un superávit en la balanza de pagos, lo cual se consigue cuando las exportaciones de bienes y servicios son mayores a las importaciones, y la única actividad que permite esto, es la comercial.

La doctrina mercantilista fue duramente criticada por los economistas clásicos o economistas liberales, sobre todo por Adam Smith, quien es considerado el padre de la economía, el cual atacaba duramente el carácter improductivo del comercio. De acuerdo a Maxim Ross, economista venezolano que ha estudiado a profundidad el tema estas críticas se centran el alto carácter regulatorio del Estado en el comercio que genera un exceso de regulaciones; el tratamiento  del monopolio y el principio de equilibrio entre ingresos y gastos, fundamento del concepto de balanza comercial favorable.  

Una serie de cambios políticos, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XVIII, en detrimento del absolutismo político y del colonialismo europeo, terminaron por sellar el declive del mercantilismo. Entre ellos podemos mencionar la Independencia Americana (1776), la Revolución Francesa (1789), que dieron origen a sendas repúblicas. Aunque el origen de los organismos representativos en Europa, los Estados Generales en Francia, la Cámara de los Comunes en Inglaterra, las Dietas en Alemania, y las Cortes en España, data de la Edad Media, fueron las nuevas repúblicas las que marcan el inicio del fin del absolutismo (Rojas, 2004).

En la próxima entrega veremos la otra gran corriente precursora del pensamiento económico, (antes del año 1776, cuando se publica el libro de Smith), “Los fisiócratas”.